Sólo una mujer de cada diez asesinadas tenía protección: qué medidas hay para cada nivel de riesgo
Se lo contábamos hace unos días. Casi la mitad de las mujeres asesinadas por violencia machista en 2022 habían denunciado a su agresor, quien finalmente acabó con su vida. Es lo que ocurrió con 20 de las 48 víctimas mortales. Y si comparamos con años anteriores, vemos que se ha duplicado el número de víctimas mortales con denuncia previa.
En 2021, sólo ocho de las 49 mujeres asesinadas habían denunciado. En 2020, lo habían hecho diez de las 48 víctimas mortales de violencia de género. Los datos salen de la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género, y preocupan.
Pero hay más. En 2022, solo en diez de los casos se habían adoptado medidas de protección para la víctima, y en seis de ellos, estas medidas ya no estaban vigentes. Es decir, sólo cuatro de las 20 que habían denunciado contaban con protección policial. Las asociaciones de mujeres piden "prestar atención a la valoración del riesgo que se está haciendo". Es decir, valorar mejor el peligro que corre la víctima.
Objetivo: mejorar el sistema
Tanto desde Interior como desde Igualdad se estudian cambios en el sistema de evaluación del riesgo y de protección de estas mujeres. Igualdad ha pedido una reunión "urgente" a Interior tras cerrar diciembre como el peor mes de violencia de género en España. Actualmente, el sistema que se utiliza para proteger a las mujeres que denuncian, denominado VioGén, tiene activos 70.000 casos de mujeres, de los cuales 31.161 tienen algún nivel de riesgo. 17 mujeres están en riesgo extremo y 706 en riesgo alto, con medidas de protección reforzadas.
Pero ¿cómo se valora el riesgo actualmente? ¿Qué medidas policiales de protección se activan cuando una mujer está en riesgo? Fue la Secretaría de Estado de Seguridad la que estableció, en 2016, un Protocolo para la Valoración Policial del Nivel de Riesgo de Violencia de Género. En este documento encontramos las medidas de protección a adoptar, una vez valorado el riesgo que corre cada mujer.
Cinco niveles de riesgo, cuatro con protección
Son cinco los niveles de riesgo estimado que valoran las unidades policiales en materia de violencia de género, cuando atienden a la mujer que denuncia: no apreciado, bajo, medio, alto o extremo. Todos menos el primero conllevan medidas de protección.
El riesgo “no apreciado” implica “las mismas medidas de tipo operativo y asistencial que para cualquier otro ciudadano denunciante”. En cuanto a los otros niveles, estas son las medidas que debe adoptar la policía de forma obligatoria:
Nivel de riesgo bajo
Facilitar a la víctima números de teléfono de contacto permanente (24 horas) con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad más próximas
Contactos telefónicos esporádicos con la víctima
Comunicación al agresor de que la víctima dispone de un servicio policial de protección
Recomendaciones sobre autoprotección y modos de evitar incidentes
Información precisa sobre el servicio de teleasistencia móvil
Derivación de la víctima hacia los servicios sociales y asistenciales que correspondan a su domicilio
Si el agresor tiene licencia de armas, requerirle para que las entregue voluntariamente al cuerpo policial actuante
Nivel de riesgo medio
Vigilancia ocasional y aleatoria en domicilio y lugar de trabajo de la víctima, así como en entrada/salida de los centros escolares de los hijos
Acompañamiento a la víctima en actuaciones de carácter judicial, asistencial o administrativo, cuando se considere que puede existir algún tipo de riesgo para la propia víctima
Entrevista personal con la víctima por el responsable o por personal de la unidad policial encargada de su protección
Nivel de riesgo alto
Vigilancia frecuente y aleatoria en domicilio y lugar de trabajo de la víctima, así como en entrada/salida de centros escolares de los hijos
Si no lo ha hecho, insistir a la víctima en su traslado a un centro de acogida o al domicilio de un familiar durante los primeros días, especialmente si no se ha procedido a la detención del autor
Instar el seguimiento obligatorio del agresor mediante dispositivos electrónicos
Control esporádico de los movimientos del agresor
Nivel de riesgo extremo
Vigilancia permanente de la víctima, hasta que las circunstancias del agresor dejen de ser una amenaza inminente
Control intensivo de los movimientos del agresor, hasta que deje de ser una amenaza inminente para la víctima
En su caso, vigilancia en entrada/salida centros escolares de los hijos
Diseño de un plan de seguridad personalizado para cada víctima
En cada uno de los niveles de riesgo, hay también medidas complementarias, que la policía puede adoptar además de las que impone el protocolo.
Medidas complementarias de protección
Por ejemplo, cuando el riesgo es "bajo", se pueden establecer "contactos personales, esporádicos y discretos, con la víctima", o el "acompañamiento al denunciado a recoger enseres en el domicilio".
Si el riesgo es "medio", se puede comprobar periódicamente "el cumplimiento por el agresor de las medidas judiciales de protección", o decidir el "traslado de la víctima para el ingreso en un centro de acogida".
Cuando la mujer se encuentra en riesgo "alto", se puede adoptar como medida complementaria los "contactos esporádicos con personas del entorno del agresor y de la víctima: vecinos, familia, trabajo, lugares de ocio...".
Además, el protocolo contempla una serie de medidas de autoprotección para la mujer, como parte de un plan personalizado con cada víctima, según su nivel de riesgo. También hay medidas de autoprotección relativas al Plan de Seguridad Personalizado con menores.
Hay que tener en cuenta que en 2019, se implantaron nuevos métodos de valoración del riesgo, como cuestionarios y algoritmos que amplían la capacidad predictiva de riesgo de las víctimas y de sus hijos.