Raúl Parra: “Benidorm necesita que también se promocione el turismo de compras”

En la España de la posguerra, las tiendas de barrio representan el modelo de comercio estándar. De este modo, los hogares satisfacen sus necesidades básicas de productos y servicios sin salir de su barrio. Es la edad de oro de los pequeños comerciantes. En esa época, los consumidores gastaban la mayor parte de sus ingresos en la economía local.

Ya entrada la década de los 70, España vio el asentamiento de la gran distribución y el consumo masivo impulsado por un contexto económico favorable. Las ciudades se estaban remodelando y empiezan a surgir los supermercados en los barrios. 

En la década de los 80, los centros comerciales y los hipermercados eran los reyes, pero la creciente urbanización alumbró la primera conciencia del medio ambiente y del consumo excesivo. Los barrios se estaban expandiendo y se creaban empresas medianas para satisfacer necesidades distintas. Los pequeños comerciantes están cada vez más debilitados, especialmente las empresas independientes. Los centros de las ciudades se volvieron más uniformes con más y más cadenas de tiendas en las principales ciudades.

Desde finales del siglo XX y con la llegada de Internet, el cliente se volvió cada vez más exigente porque tenía una mayor variedad y mejor información. El comercio de proximidad pierde terreno en beneficio de estas tiendas online y de los centros comerciales.

La reciente aparición de tendencias a favor del «consumo local» acompañado de una acción pública a favor del comercio de proximidad ha permitido a los pequeños comerciantes recuperar un renovado interés entre los consumidores. En unas pocas décadas, el panorama del comercio en España ha cambiado significativamente. En 2016, el sector comercial al por menor empleó no menos que el 55,7% del personal ocupado de España.