¿Qué pasaría si desapareciera el campo magnético terrestre?

El campo magnético terrestre guía las partículas solares hacia los polos, donde al chocar con la atmósfera, desatan el espectáculo luminoso de las auroras boreales. En la imagen, aurora boreal vista desde el Espacio.

Escribía el autor Antoine de Saint-Exupéry en su obra El Principito que lo importante es invisible a los ojos. Seguramente, el escritor francés tenía en mente conceptos abstractos y profundos, como el amor o la amistad. Sin embargo, esa famosa frase puede extenderse mucho más allá del plano sentimental y, curiosamente, uno de los elementos que mejor se adaptan a esa definición es el campo magnético terrestre.

¿Sorprendido por la asociación? Piénsalo: se trata de algo invisible, que no ves ni sientes, de lo que nadie habla en su día a día, pero que, al mismo tiempo, es absolutamente esencial para la vida en nuestro planeta, como un escudo natural que nos protege durante cada segundo de nuestra existencia. De hecho, sin él, la Tierra se convertiría en un lugar absolutamente diferente de cómo la conocemos hoy en día. ¿Quieres saber cuánto?

NUESTRO ESCUDO INVISIBLE

Como quizás ya sepas, la Tierra es mucho más de lo que vemos a simple vista: tiene una atmósfera, diferentes capas y un núcleo. Este último, lejos de ser una simple área estática, actúa como una gigantesca dinamo natural. Formado por hierro fundido en constante movimiento, este genera corrientes eléctricas que, a su vez, crean un campo magnético enorme que rodea la Tierra, el cual se extiende desde el núcleo hasta el mismísimo espacio, formando una especie de burbuja protectora llamada magnetosfera.

¿Y cuál es su función? Pues bien, esta especie de escudo tiene la capacidad de desviar las partículas cargadas que vienen del Sol, aquellas conocidas como viento solar. De esta forma, evita que nuestra atmósfera sea arrancada poco a poco y que la radiación cósmica nos bombardee sin piedad. En resumidas cuentas, sin el campo magnético, estaríamos completa y absolutamente expuestos a los peligros del espacio.

UN MUNDO SIN ESCUDO

Ahora bien, ¿qué ocurriría entonces si un día, de la noche a la mañana, este escudo protector desapareciese? Pues, sorprendentemente, es posible que no lo notaras de forma inmediata: el cielo seguiría siendo azul, las plantas seguirían creciendo y los océanos no se evaporarían de inmediato. Pero, poco a poco, el mundo empezaría a transformarse… y no para bien.

Lo más evidente, y de lo que seguro ya te habrás dado cuenta, es que, sin escudo magnético, las partículas solares y los rayos cósmicos comenzarían a impactar directamente sobre la Tierra. Y las consecuencias serían catastróficas: un peligro para la vida y el adiós a la tecnología moderna.

La radiación aumentaría de forma drástica ya que, aunque nuestra atmósfera seguiría absorbiendo parte de ella, el riesgo de enfermedades, como el cáncer, se dispararía. Además, las tormentas solares serían devastadoras: nuestros satélites, las redes eléctricas y los GPS podrían dejar de funcionar por completo, pues es el campo magnético el que evita las interferencias con las partículas solares y el que garantiza su correcto funcionamiento.

LA ATMÓSFERA Y LA VIDA

Además de los dispositivos tecnológicos, la ausencia de un campo magnético pondría también nuestra atmósfera al servicio del viento solar. Porque sí, al principio, la capa de gases que rodea el planeta podría actuar como un segundo escudo, pero a medida que fuese pasando el tiempo, esta comenzaría a desgastarse.

El viento solar iría, poco a poco, llevándose los gases esenciales para la vida. Y, si tienes alguna duda al respecto, solo tienes que echar un ojo a Marte: hace miles de años, el planeta rojo tenía ríos y lagos y una atmósfera densa, pero, al perder su campo magnético, el viento solar se llevó la mayor parte de su aire, convirtiéndolo en el planeta árido y frío que hoy conocemos.

Así, con menos atmósfera y una exposición a la radiación que irá aumentando a medida que pasen los días, la temperatura del planeta podría volverse más extrema. De hecho, muchos modelos sugieren que, con el tiempo, la Tierra iría pareciéndose más y más a Marte, con una atmósfera cada vez más delgada y temperaturas poco estables.

Por si fuera poco, muchas especies no podrían llegar a sobrevivir a esos cambios. Y no hablamos solo de plantas o animales: incluso para los humanos sería todo un desafío adaptarse a las nuevas condiciones de vida, por no decir casi imposible. Pensemos que, aunque la radiación afectaría, sobre todo y de forma más agresiva, a los organismos más pequeños y frágiles, la desaparición de estos pondría en peligro los ecosistemas, la cadena trófica y, por lo tanto, la biodiversidad.

UNA HIPÓTESIS DE PESADILLA

No obstante, la buena noticia es que no, el campo terrestre no va a desaparecer de la noche a la mañana. Ha existido durante miles y millones de años y, aunque sí que es verdad que sufre pequeños cambios con el tiempo – incluso se invierte cada ciertos miles de años – es muy poco probable que desaparezca por completo en un futuro cercano. Al final, la dependencia con el núcleo terrestre, algo que no tiene proyección de cambio, lo convierte en un elemento relativamente “permanente”.

Eso sí, los científicos todavía siguen investigando cómo podría llegar a evolucionar con el paso del tiempo. Hay incluso teorías que advierten de que el debilitamiento progresivo del campo podría llegar a causar problemas en el futuro. Pero tranquilo: ninguno de ellas plantea un escenario apocalíptico.