Joserra González de Zárate: “La Generalitat lleva el 80% del presupuesto para la dana ejecutado, el gobierno de Sánchez el 26%”

Un año después de la DANA que devastó la Comunidad Valenciana, las cifras siguen siendo el mejor reflejo de su magnitud: 229 muertos solo en la provincia de Valencia, 84 municipios afectados y más de 30.000 edificios dañados. La riada anegó 25.000 hectáreas —el equivalente a casi 600 kilómetros cuadrados— y dejó sin clase a más de 48.000 alumnos durante semanas. Doce meses después, la Generalitat asegura que el 100% de los centros educativos está operativo, aunque siete de ellos aún dependen de aulas prefabricadas en localidades como Massanassa, Catarroja o Paiporta.

En materia sanitaria, el consejero Marciano Gómez ha recordado que se habilitaron puntos de atención extraordinarios para garantizar asistencia inmediata y que en apenas un mes reabrieron prácticamente todas las farmacias afectadas. De los 57 centros de salud dañados, 50 recuperaron la actividad en los primeros diez días, y el resto, en un mes. Las obras de mayor envergadura continúan en Paiporta, Catarroja, Aldaia, Picanya y Alaquàs, donde la reparación integral se espera “en los próximos meses”.

Las infraestructuras viarias y ferroviarias también se han ido restableciendo. Se rehabilitan más de medio centenar de carreteras locales, mientras que Metrovalencia volvió a funcionar por completo el pasado junio. Las líneas de Cercanías C1 y C2 recuperaron la normalidad en un mes y la alta velocidad en quince días, aunque la C3 —que conecta municipios como Buñol, Chiva o Utiel— sigue parcialmente interrumpida. En paralelo, la Confederación Hidrográfica del Júcar ejecuta 17 obras de emergencia con 570 actuaciones para reforzar taludes, garantizar el suministro de agua y prevenir nuevas riadas.

La Comunidad Valenciana conmemora este primer aniversario de la DANA con un funeral de Estado en el Museu de les Ciències. El acto, de carácter laico y sin precedentes en la historia democrática, comenzará a las 18.00 horas y contará con discursos de familiares, la lectura de los nombres de las víctimas y un minuto de silencio. Los reyes Felipe y Letizia presidirán la ceremonia, a la que asistirán autoridades locales, autonómicas y del Gobierno. Un Funeral no exento de polémica y al que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha confirmado que no acudirá. "Estuve hace un año en la catedral de Valencia con las víctimas y con los Reyes. El que no estuvo fue el galgo de Paiporta", ha dicho, en referencia a Pedro Sánchez. Sobre las críticas al presidente de la Generalitat Valenciana por sus últimas versiones de lo que hizo ese día de hace un año, la presidenta madrileña ha asegurado que hay "responsabilidades para todos", no solo de Carlos Mazón, y ha criticado que el Gobierno de España solo esté centrado en el "cálculo político".

 

La investigación judicial sobre la gestión del Gobierno de Carlos Mazón durante la DANA avanza bajo la dirección de la jueza Nuria Ruiz Tobarra, con dos ex altos cargos —la exconsellera de Justicia e Interior, Salomé Pradas, y el exsecretario autonómico de Emergencias, Emilio Argüeso— imputados por homicidio y lesiones imprudentes. La Audiencia Provincial de Valencia ha dejado abierta la posibilidad de que el propio president Mazón sea investigado si la magistrada aprecia indicios reforzados de responsabilidad.

 

La mayoría de familias de las 229 víctimas que dejó tras de sí la DANA han podido cerrar parte de la herida al localizar los cuerpos de sus familiares. Pero los allegados de Elisabeth Gil (37 años) y Francisco Ruiz (64 años), viven todavía un luto que no encuentra cierre.  La actividad cotidiana ha vuelto a las calles de la provincia de Valencia, ya iluminadas, ya con tránsito habitual —las campas de coches han desaparecido—, con comercios abiertos, niños jugando en los parques y mayores empujando el carrito de la compra. Pero el rastro de la barrancada sigue presente, y no solo en las paredes. Las aceras no se han despojado del tono marrón que deja el barro que aflora de las alcantarillas cada vez que vuelve a llover.