Este muerto está muy vivo

Mónica Nombela

Abogada

Al Gobierno le crecen los enanos. Cada semana tenemos novedades de esta obra teatral, que podríamos calificar de sainete, en que se ha convertido la política española. Las primicias están llenas de sorpresas, personajes que aparecen y desaparecen de escena, pasiones y desdenes, y todo sucede, además, a toda velocidad. Si no fuera porque se trata de nuestro país, resultaría hasta divertido. Les confieso algo: me fascina Puigdemont. Resulta absolutamente inconcebible que este sujeto tenga en su mano el gobierno de España, y con ello al PSOE, al que me figuro muy preocupado en estos momentos. Le han dejado el poder de no permitirles aprobar los Presupuestos Generales del Estado, y en esta necesidad de los votos de los catalanes el Gobierno tiene su talón de Aquiles.

Tirar de la cuerda es la especialidad de Puigdemont y lo que sucederá a partir de ahora… nadie lo sabe aún, ¿no querían suspense y emoción? Pues aquí los tienen, en este gran escenario nacional, o hispanocatalán, no se nos vaya a enfadar el president de Junts. Que se llaman junts, pero será en sentido figurado, porque Puigdemont sigue en su corte de Waterloo desde hace siete años y no puede poner el pie aquí, tras sus huidas de la Justicia. Ya el mero hecho de que este tipo tenga un papel tan relevante en la política española es un sinsentido y una vergüenza. Y manda recaditos y advertencias desde su exilio belga, que, para chulo, él. Y nos tiene a todos en vilo a la espera de la siguiente entrega del serial. Dice que ya ha avisado a Sánchez de que, si no cumple, Junts le pedirá que dimita y convoque elecciones, porque, sin mayoría, la legislatura sería ingobernable. No sabemos aún si estaría dispuesto a llevarlo a cabo de verdad. Si se atreverá a dejar caer a Sánchez. Cierto es que este polvorín en que se ha convertido el Gobierno puede saltar por los aires en cualquier momento. Habiendo alcanzado pactos para gobernar tan estrambóticos, y estando en manos de los separatistas, puede pasar de todo. Tal vez sean estos precisamente, los separatistas, los únicos que puedan hacer caer a Sánchez, ayudados por algún que otro escándalo mayúsculo de los muchos que lo rodean. Memento mori, presidente.

Puigdemont se sabe fuerte y se pondrá de acuerdo con aquél que más prebendas le garantice para Cataluña, sin importarle quién sea. Desde su partido ratifican que no van de farol en lo de su amenaza de retirar el apoyo a Sánchez, y aseguran que no les inquieta ser acusados de servir en bandeja la Moncloa al PP. Por ahora hacemos bien en estar atentos a la realidad, a ver qué pasa, pues Junts se está incluso acercando a ERC, lo que parecía un imposible hace nada, pero ya saben que la política es el arte de lo posible, como se viene diciendo desde Aristóteles. Si les interesa, Puigdemont y Junqueras harán piña pues su catalanidad está por encima de todo para ambos y tienen un enemigo común, que es España, y eso une mucho.

El Gobierno lo tiene francamente mal, pero aún no lo veo tan muerto como pretende el PP y ha proclamado Cuca Gamarra en estos días, aunque Feijóo vaya a Europa a reunirse con sus correligionarios a pedirles su apoyo, o a Lourdes, o adonde sea.

Al PP se le llena la boca de frases grandilocuentes que por ahora no están teniendo el efecto pretendido. A través de su secretaria general, Cuca Gamarra, este partido está insistiendo en la disolución de las Cortes y convocatoria inmediata de Elecciones Generales, tras el último desplante de Carles Puigdemont al Gobierno. Según Gamarra, el Gobierno socialista ha quedado "totalmente deslegitimado" y no tiene capacidad para seguir gobernando. Al PP le falta fuerza a la hora de explicar las cosas a la ciudadanía, lo hace siempre a través de portavoces francamente antipáticos, pues parece que creen -equivocadamente- que con la agresividad verbal van a conseguir algo. No, están equivocados, miren las niñas monas y amables que utiliza el PSOE para dar sus comunicados, y tomen nota. Cierto es que Feijóo no es Sánchez ni de lejos y eso es así se pongan como se pongan. Los socialistas les llevan la delantera en comunicación con mucha distancia; es más, están ya de vuelta, y ustedes siguen en las mismas. Háganselo mirar.