Alfredo Agulló: “La sanidad pública ha crecido con pies de barro y ahora están a punto de que se le rompan del todo”
La sanidad es uno de los pilares fundamentales de cualquier sociedad. No obstante, su acceso y coste pueden variar significativamente de un país a otro, marcando grandes diferencias en la calidad de vida de los ciudadanos. En España, el sistema público de salud permite acudir a urgencias sin preocuparse por el coste inmediato, ya que su financiación proviene de los impuestos. Sin embargo, este modelo, considerado un orgullo nacional por muchos, también recibe duras críticas, especialmente en cuanto a la optimización de los recursos. En ese sentido, un conocido empresario ha lanzado una contundente reflexión sobre la sanidad pública española desafiando la percepción generalizada de que nuestro sistema es de los mejores del mundo, considerándola una creencia instaurada y asegurando que los españoles han asumido, casi sin cuestionarlo, que la sanidad pública es excelente.
Sin embargo, esta afirmación choca con la realidad cuando los ciudadanos se enfrentan a problemas más complejos: Te das cuenta de que cuando te sale un cáncer tardan nueve meses en hacerte una biopsia y te quedas al borde del precipicio y dices “tan buenísima no será”. Lo ideal sería que, si te sale un cáncer, a la media hora te den el resultado. Esto ocurre porque las prioridades políticas no siempre están alineadas con las necesidades reales de los ciudadanos. La idea de la sanidad y la educación están muy bien y hay que pagar impuestos para eso, pero cuando uno vaya a urgencias que le atiendan a los diez minutos, no pasarse nueve horas esperando.