Valencia, la comunidad con más restricciones, supera en incidencia a Madrid

Todas las comunidades han optado por el endurecimiento de las restricciones para frenar la propagación de los contagios por coronavirus. En esta tercera ola, la mayoría de las regiones mantiene el cierre perimetral y todas, sin excepción, han reducido la actividad comercial y hostelera. No obstante, pese a que unas son más estrictas que otras, ello no supone un descenso generalizado de los casos.

La Comunidad Valenciana fue la primera y la única que en Navidades no permitió ni la entrada ni la salida de la autonomía para encuentros entre allegados ni familiares durante las fiestas. En la actualidad, también aplica algunas de las medidas más drásticas de España, como el cierre total de la hostelería y los gimnasios o la limitación de horarios y aforos en el sector comercial. Además, sigue vigente el toque de queda entre las diez de la noche y las seis de la mañana, el cierre perimetral de la región y el confinamiento de los municipios más poblados durante los fines de semana. Sin embargo, continúa encabezando en España la incidencia acumulada en los últimos catorce días, con 965,15 casos por cada 100.000 habitantes.

Además, pese al descenso en el número de casos y hospitalizaciones la pasada semana, la autonomía encadena tres días consecutivos con más de un centenar de fallecidos. De este modo, y según los consejos de las autoridades sanitarias y los científicos, es previsible que las medidas se prorroguen más allá del 15 de febrero. De hecho, Ximo Puig ya ha dejado entrever que las restricciones van para largo al descartar la posibilidad de que en la próxima Semana Santa se puedan producir viajes de ámbito nacional.

En Castilla y León, con una incidencia acumulada de más de 870,96 casos por cada 100.000 habitantes en dos semanas, la situación continúa siendo de "riesgo extremo" y, por ello, seguirán cerrados al público el interior de los locales de hostelería y los grandes centros comerciales y gimnasios hasta al menos el 23 de febrero.

El toque de queda entre las 20.00 y las 06.00 horas continuará hasta que el Tribunal Supremo se pronuncie. Una decisión que provocó serias dudas jurídicas, ya que el actual estado de alarma fija que las autonomías solo pueden establecer la limitación horaria entre las 22.00 y las 24.00 horas.

Además, con la intención de limitar al máximo la movilidad de los ciudadanos, también seguirá vigente el cierre perimetral de la comunidad con el resto del territorio nacional -en principio hasta el fin del estado de alarma, el 9 de mayo-, igual que continuará prohibida la movilidad entre las nueve provincias, aprobada hasta mayo inicialmente.

Con todo, la Junta considera que todavía se da una "transmisión comunitaria no controlada" y que existe un elevado riesgo de colapso en numerosos hospitales. Por ello, cree "necesaria" la prórroga de la vigencia de estas medidas extraordinarias en todas y cada una de las provincias de Castilla y León y en el conjunto del territorio.

La tercera comunidad que supera los ochocientos casos de media es La Rioja. Las llamadas a la responsabilidad individual y colectiva y al autoconfinamiento no han sido suficientes para doblegar la curva en esta tercera ola, peor que las dos anteriores y que, a día de hoy, tiene una incidencia acumulada de 852,59 casos por cada 100.000 habitantes.

Las restricciones se han ido encadenando desde hace más de cuatro meses, no solo las del cierre perimetral de la región, sino las que han afectado, sobre todo, a la hostelería y el comercio no esencial, ahora cerrados; y a las reuniones de convivientes y no convivientes, que en la actualidad se reducen a los miembros de una única unidad conviviente, tanto en espacios públicos como privados.

Fue el pasado 22 de enero cuando se endurecieron las medidas contra el coronavirus y la situación en La Rioja continúa siendo preocupante. El domingo cerró su semana más trágica desde finales de abril, con 27 personas fallecidas, mientras la presión hospitalaria es crítica: las UCI se encuentran todavía al 73,25% de su capacidad.

En cambio, la región con las medidas más relajadas presenta mejores datos. La Comunidad de Madrid modificó el pasado viernes las limitaciones en la hostelería y, en la actualidad, los bares y restaurantes permanecen abiertos hasta las 21.00 horas; las reuniones pueden ser de hasta seis comensales en terrazas y en los interiores es obligatorio el uso de la mascarilla mientras no se esté consumiendo.

Isabel Díaz Ayuso ha defendido desde el principio que hay que encontrar un equilibrio entre la economía y la sanidad y se ha mostrado dispuesta a rebajar las restricciones en cuanto la situación lo permita. Frente a los reproches, el gobierno regional destaca que los contagios se producen principalmente en las reuniones privadas y "no hay evidencia científica" de que en los establecimientos que respetan las medidas de seguridad el riesgo sea mayor.

"Cerrar todo es lo fácil pero en muchas ocasiones no es lo más efectivo", indicó el vicepresidente Ignacio Aguado la pasada semana, insistiendo en que estas decisiones "arruinan la economía y a las familias". Por esta razón, Madrid se muestra más favorable a aplicar medidas quirúrgicas y realizar test masivos para frenar los contagios.

Cada viernes la consejería de Sanidad anuncia nuevos confinamientos en las zonas sanitarias que registran peores datos; coordina cribados masivos en dichos lugares y, además, ofrece la posibilidad de obtener un test de antígenos en farmacias y clínicas dentales. Una medida aplaudida por la revista científica The Lancet, que concluye que aumentar la realización de test rápidos de forma masiva es una estrategia con mucho impacto para controlar la pandemia.

Con estas restricciones y siendo Madrid el centro neurálgico de España y la puerta de entrada de viajeros con el aeropuerto de Barajas, su incidencia acumulada es de 759,58 casos por cada 100.000 habitantes, según el último balance del Ministerio de Sanidad.

Castilla-La Mancha, una de las comunidades más críticas con la capital y que acostumbra a relacionar el aumento de contagios de su región con las decisiones de Ayuso, le sigue muy de cerca, con 720,26 de incidencia, pese a tener más limitaciones que Madrid.

Desde el inicio de la pandemia, Emiliano García-Page ha protagonizado distintos enfrentamientos a costa de esta polémica y en la última ocasión llegó a comentar que tiene el "efecto de la sexta provincia" por la "fuga sanitaria" que, en su opinión, se está produciendo.

Sin embargo, pese al cierre perimetral que se mantiene vigente desde el 30 de octubre, Castilla-La Mancha es, a día de hoy, la sexta comunidad que peores datos reporta. La hostelería y los comercios no esenciales permanecen cerrados y el gobierno autonómico aún está debatiendo si estas restricciones se prolongarán por más tiempo.

Las limitaciones a la hostelería han provocado enfado, resignación y protestas entre los afectados por todo el territorio nacional. Desesperados, los hosteleros están saliendo a la calle -día sí y día también- para exigir el fin de este escarnio público. Insisten en que sus establecimientos son seguros y reivindican ayudas para el sector e, incluso, políticas como las de Ayuso para su región. "¡Queremos una Ayuso!" o "¡Ayuso ven aquí!" son algunos de los eslóganes que ya se corean en Albacete y también en Barcelona.