Sonoro abucheo, insultos y golpes al coche del presidente Sánchez a su llegada a Ceuta
La grave crisis migratoria sin precedentes que vive Ceuta con la entrada de miles personas desde Marruecos ha llevado en helicóptero a la zona al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que después de ser recibido por el ministro de Interior, Fernando Grande Marlaska, en el lugar de los hechos porque atañen a sus competencia, se ha encontrado con una estampa que probablemente no esperaba: a su salida del helipuerto, medio centenar de personas le han abucheado e insultado.
El mismo recibimiento, insultos y abucheos, en el Palacio Autonómico, donde mantuvo una reunión de una hora con el presidente de la ciudad Juan Jesús Vivas. Acto seguido, se dirigió a la frontera del Tarajal, donde ha comprobado la situación de seguridad en el entorno fronterizo, en el Centro de Coordinación de la Frontera. Después de Ceuta, Pedro Sánchez acompañado por Marlaska, ha viajado a Melilla, donde también se están registrando entradas irregulares, para entrevistarse con el presidente de la ciudad autónoma, Eduardo de Castro.
Sánchez ha remarcado que el Ejecutivo actuará con firmeza para garantizar la seguridad "ante cualquier desafío, cualquier eventualidad y cualquier circunstancia".
Horas antes, el presidente del Gobierno endurecía el discurso del Ejecutivo en materia migratoria ante la avalancha de inmigrantes que ha llegado a la costa de Ceuta durante las últimas horas. "Es una grave crisis para España y Europa", ha afirmado Sánchez en una declaración institucional, en la que ha informado que ha sido creado un comité de seguimiento de la crisis del que se ha dado cuenta tanto a Felipe VI como a las autoridades europeas y a Pablo Casado.
"La integridad territorial de España será defendida por el Gobierno ante cualquier desafío con todos los medios necesarios", ha advertido Sánchez, que ha pedido a Marruecos, al que ha definido como "país socio y amigo", para que refuerce la "cooperación" y una relación bilateral basada en el "respeto" a las fronteras mutuas. Es así, opina Sánchez, en lo que deben basarse las "relaciones fructíferas".
Para lograrlo, Sánchez promete "firmeza" para garantizar la seguridad de los ciudadanos "ante cualquier desafío y eventualiad, y bajo cualquier circunstancia". La integridad de Ceuta como parte de España "está garantizada" cualesquiera que sean las condiciones "y con todos los medios necesarios", ha remarcado el presidente, que ha expresado que la "prioridad" es garantizar el control del tránsito y proceder a la devolución inmediata de todo aquel que ha entrado de forma irregular.
En rueda de prensa tras el Consejo de Ministros, Marlaska ha informado de que por ahora han sido devueltos 2.700 inmigrantes de los 6.000 que se calcula que han pasado a Ceuta. El ministro del Interior ha calificado la crisis migratoria en Ceuta de "excepcional y extraordinaria" y ha advertido de que España será "beligerante" en la defensa de sus fronteras.
El Gobierno cree que la situación que se vive en las últimas horas en Ceuta responde a causas "múltiples y complejas", y la desvincula del ingreso del líder del Frente Polisario en La Rioja aquejado de Covid; un gesto que habría despertado el malestar de las autoridades marroquíes. "Nos encontramos ante una crisis migratoria en la que concurren muchas circunstancias que hemos visto en los últimos tres años como cuestiones humanitarias o socioeconómicas".
Gabinete de crisis
La vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, ha presidido en la tarde de este martes en el Palacio de la Moncloa la primera reunión del comité creado por el Ejecutivo para analizar la situación provocada por la crisis migratoria en Ceuta y Melilla. Con ella, la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya; la de Defensa, Margarita Robles; el titular de Política Territorial y Función Pública, Miquel Iceta; la responsable del departamento de Derechos Sociales, Ione Belarra; y el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá.
También la directora del CNI, Paz Esteban, y el secretario de Estado de Seguridad, Rafael Pérez, en lugar del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, debido a que éste se encuentra en Ceuta y Melilla acompañando a Sánchez en su visita a ambas ciudades autónomas.
Desafío, crisis diplomática
La llegada masiva de inmigrantes irregulares a Ceuta, interpretada por el Gobierno como un "desafío" de Marruecos, ha provocado la mayor crisis diplomática en años entre ambos países. Ha sido el propio presidente del Gobierno quien ha puesto voz al malestar por la actitud de Marruecos y ha reconocido que es una situación grave para España y para Europa y que se actuará contra ella con todos los medios que sean necesarios: "Seremos firmes para garantizar su seguridad ante cualquier desafío, ante cualquier eventualidad y bajo cualquier circunstancia".
Esta crisis ha llevado a Sánchez a cancelar el viaje que tenía previsto esta jornada a París para participar en una cumbre sobre la financiación de África. La firmeza prometida por Sánchez se ha querido explicitar en la decisión de la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, de convocar a la embajadora de Marruecos en España, Karima Benyaich, pero el mensaje no ha sonado muy contundente al apelar a la corresponsabilidad en el control de las fronteras.
En el origen del conflicto, la presencia en España del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, hospitalizado en Logroño por coronavirus. El Gobierno ha desmentido esta hipótesis y la portavoz del Ejecutivo, María Jesús Montero, ha señalado que las crisis migratorias "responden a causas múltiples y son demasiado complejas como para establecer causa-efecto". El Ejecutivo echa balones fuera y pone excusas porque la avalancha de inmigrantes desde territorio marroquí llega después de las protestas de las autoridades de Marruecos por la presencia en España de Ghali y porque se le haya atendido bajo un nombre falso.
Hace una semana y después de varias quejas públicas, el Gobierno marroquí ya advertía a España de que no debía de "minimizar el impacto grave" de la crisis provocada por la presencia del líder del Frente Polisario y decía que tomaba nota de que no les hubieran informado previamente pese a que se argumentara que se le había acogido por razones humanitarias.
Despliegue militar en Ceuta y el chantaje
Sánchez ha exigido respeto a las fronteras al tiempo que ha insistido en que garantiza la integridad territorial y la seguridad y tranquilidad de todos los ciudadanos "cualesquiera que sean las condiciones necesarias para ello y con todos los medios disponibles". Como prueba de ello, ha citado el despliegue de militares en la frontera ceutí junto a un incremento de efectivos de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado
Además de informar al Rey, de contactar con diversas autoridades europeas que han trasladado su apoyo a España y de conversar con el líder de la oposición, Pablo Casado, el presidente ha creado una comisión específica para el seguimiento de la crisis migratoria, de la que Grande-Marlaska ha asegurado que está gestionando con contactos con las autoridades marroquíes, pero sin dar más detalles apelando a la necesidad de discreción.
Desde el PP, Casado ha apoyado al Gobierno reclamándole que garantice la integridad territorial de inmediato y con todos los medios necesarios, pero los socios parlamentarios del Ejecutivo han considerado que Marruecos está "chantajeando" a España por la presencia de Ghali y han pedido firmeza pero también acogida humanitaria. La postura de algunos miembros del Gobierno de apoyo al Frente Polisario no ha sido tampoco del agrado del Gobierno de Rabat cuando se ha tratado el asunto del Sáhara occidental.
En Marruecos no sentó bien la defensa que seguía manteniendo el exvicepresidente segundo Pablo Iglesias sobre la celebración de un referéndum de autodeterminación del Sahara Occidental.
En medio, las declaraciones recientes del primer ministro marroquí, Saadedín Otmani, en las que reafirmó la reivindicación de su país sobre Ceuta y Melilla y dijo que tratarían esta cuestión con España tras solucionar el conflicto del Sáhara Occidental. Unas palabras ante las que el Gobierno español recalcó que Marruecos sabe muy bien que Ceuta y Melilla son españolas.