Sánchez plantea la llegada de al menos 255.000 inmigrantes cada año hasta 2050 para pagar las pensiones
El futuro de las pensiones en España es uno de los grandes ejes del proyecto estratégico "España 2050", que ha presentado este jueves el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. El plan prevé una política favorable a la inmigración: “Si conseguimos un saldo migratorio anual del orden de 255.000 personas, la caída de la población en edad de trabajar sería de 1,8 millones de personas, en lugar de los 3,7 millones proyectados en un escenario con un balance migratorio de 191.000”.
Según se desprende del documento elaborado por la Oficina de Prospectiva y Estrategia creada hace algo más de un año por el Gobierno, se prevé que una de cada tres personas en España tenga más de 65 años en 2050, lo que puede dejar el horizonte de jubilación a los 67 “obsoleto”.
Por ello, el Gobierno calcula que se requerirá la llegada de al menos 255.000 inmigrantes cada año para compensar el envejecimiento de la población.
El documento, elaborado por la Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia de la Presidencia del Gobierno, contempla que la esperanza de vida al nacer aumente en 3,8 años para los hombres y 3,1 para las mujeres de aquí a 2050, alcanzando casi los 85 y 90 años, respectivamente.
Algo que agudizará el proceso de envejecimiento demográfico sin que las otras dos fuerzas que lo determinan, la fecundidad y las migraciones, puedan revertirlo de forma suficiente, obligando a adaptar el ciclo laboral, el sistema de pensiones, el sistema sanitario y el de cuidados y dependencia.
De hecho, la previsión del saldo migratorio, de unas 191.000 personas al año, ligeramente superior al promedio observado entre 1990 y 2019, solo ayudará en parte a mitigar el desafío demográfico en el corto y medio plazo, pero no lo resolverá por sí solo a largo plazo, ya que la población inmigrante también envejece y tiende a adaptar los patrones de fecundidad nacionales.
Para solucionar la reducción de la fuerza de trabajo, propone acoger e integrar al menos a esos 191.000 inmigrantes al año y, añade que si se puede integrar a más, mejor.
La “España del futuro”
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha anunciado este jueves la apertura de "un gran diálogo nacional" para analizar los retos del país en los próximos treinta años e intentar construir desde la unidad la España de 2050.
La presentación del informe "España 2050", realizado de forma altruista por un centenar de expertos de diversos ámbitos y que fija prioridades y objetivos para ese horizonte temporal, ha sido el escenario en el que Sánchez ha avanzado la puesta en marcha de ese diálogo.
Acompañado por sus cuatro vicepresidentas (Carmen Calvo, Nadia Calviño, Yolanda Díaz y Teresa Ribera), el vicepresidente de la Comisión Europea Maros Sefcovic; las presidentas del Congreso y el Senado (Meritxell Batet y Pilar Llop, respectivamente) y, entre otros asistentes, numerosos empresarios, Sánchez ha lanzado un mensaje de optimismo en la España del futuro.
Un optimismo que ha tratado de emparejar con todo lo logrado por España desde la Transición.
El informe tiene una docena de grandes ejes entre los que se incluye una apuesta por un rediseño de las prestaciones sociales hacia un modelo que "proteja a la ciudadanía en función de sus necesidades y no sólo de su historial laboral", junto a una reforma fiscal para aumentar su capacidad recaudatoria y su progresividad sin comprometer la sostenibilidad de las cuentas públicas.
Edad de jubilación
Según el informe, en 2050 por cada persona mayor de 64 años habrá 1,7 personas en edad de trabajar, frente a las 3,4 actuales.
Los distintos ejercicios de simulación realizados sugieren que, en España, el gasto en pensiones contributivas se situará en una horquilla de entre el 15,2 % y el 16,9 % del PIB en 2050 frente al 10,8 % de 2019, añaden.
Entre las propuesta en este punto, el plan considera que la jubilación a los 67 años, que será la edad legal en 2027, "no es un umbral bajo" en el contexto europeo, aunque constituye "un límite estático que puede quedar obsoleto a medida que aumente la longevidad".
Y añaden que una vía alternativa puede ser actuar sobre la edad efectiva de jubilación, ofreciendo incentivos que logren fomentar la permanencia en el mercado de trabajo después de la edad ordinaria.