Pfizer asegurará el transporte de su vacuna pero España debe tener un plan de administración

La vacuna que desarrollan Pfizer y BionTech está a punto de conseguir las primeras autorizaciones necesarias para su comercialización. Sin embargo, este antígeno, como le ocurre también a la de Moderna que envasará Rovi, necesita una temperatura de conservación por debajo de los setenta grados bajo cero. La compañía asegura su transporte y entrega mediante unos contenedores diseñados para conseguir y mantener esta temperatura extrema, sin embargo, una vez entregadas, tendrá que ser España la que se asegure de su supervivencia hasta el momento de su utilización.

La compañía explica a este medio que ellos se encargarán de dejar las dosis en el punto que se le indique para su uso. "Durante la etapa inicial de la pandemia, nuestros contratos son con los gobiernos y proporcionaremos dosis de acuerdo con el canal y los lugares de vacunación designados por los mismos. Perseguimos trabajar con los gobiernos para apoyar la distribución a quienes se han definido como sus grupos prioritarios y anticipamos que los puntos de vacunación variarán, pero pueden incluir hospitales, centros de salud, lugares de vacunación comunitaria y farmacias", explican.

La vacuna llegará en unos contenedores que pueden aguantar la temperatura extrema que es necesarias durante 15 días, según traslada el director de Centro de Alertas y Emergencias, Fernando Simón. Hasta llegar a España tendrán que viajar por medio mundo. En el caso europeo, saldrán de Bélgica (donde Pfizer tiene una planta donde produce la vacuna) y desde Alemania (que es donde BionTech la posee), ya sea en camiones frigoríficos o en aviones acondicionados. "Hemos desarrollado planes y herramientas logísticas para asegurar un transporte, almacenamiento y control continuo de la temperatura de las vacunas. Nuestra distribución se basa en un sistema flexible que enviará los viales congelados al punto de vacunación en el momento necesario", añaden desde Pfizer.

Pero una vez estén en el sitio necesario, España tiene que tener un protocolo ágil para administrarla. Necesitará de recursos humanos extra que se dediquen a esta tarea si no se quieren seguir descuidando otras (más si la presión pandémica es alta en el momento de la vacunación) y también de un registro donde se tenga controlado a los diferentes grupos que se irán priorizando. Hasta el mes de mayo, serán las personas con más riesgo de que el Covid sea grave más el personal sanitario. Según el registro de vacunas que publica la Organización Mundial de la Salud, la segunda dosis de la vacuna de Pfizer y BionTech debe ser administrada a los 28 días de haber puesto la primer 'inyección'.

El plan de vacunación aún no está listo. Ayer, miembros del grupo de la comisión de Vacunas del Consejo Interterritorial estaban reunidos con los técnicos del ministerio de Sanidad avanzando en el protocolo. Una vez se culmine, deberá ser elevado al Pleno del Consejo Interterritorial para su aprobación definitiva. Las dosis de Pfizer llegarán a principios de 2021, según los cálculos de Sanidad, por lo que el operativo debe estar listo en menos de dos meses.

¿Qué pasará con Moderna?

Los datos ofrecidos por Pfizer sobre efectividad han movilizado a los países europeos para hacerse con ella y tener todo preparado para su administración. La pregunta ahora será qué pasa con el antígeno de Moderna, que Rovi culminará la fabricación en España. Tiene la misma tecnología (ARN mensajero) que la vacuna de Pfizer y necesitará también una conservación a las temperaturas extremas mencionadas. La duda será si España se comprometerá a comprar una vacuna similar (a expensas de los datos de eficacia y seguridad, claro) con el mismo hándicap de conservación, algo que no tienen, por ejemplo, la de AstraZeneca que ya se ha comprado o la de Janssen que también está sellada con Bruselas. Este periódico se ha puesto en contacto con Rovi para saber si la empresa española tiene capacidad para 'guardar' las dosis que pudiera necesitar, eventualmente, España pero no ha obtenido respuesta.

Financiada, pero no gratis

El ministro de Sanidad, Salvador Illa, aseguraba que la vacuna será gratis para todos los ciudadanos y administrada por la seguridad social. La realidad es que será financiada, es decir, pagada con impuestos y con una partida específica que tiene España de 1.000 millones (para todas las vacunas, no solo ésta) en el presupuesto. Lo que sí se desliza de las palabras del ministro es que no podrán administrarse en centros privados.

El precio del antígeno no está decidido en Europa, pero el acuerdo al que llegaron las compañías con Estados Unidos predice lo que pude ocurrir. Allí la dosis se pagó a 17 euros, si bien es cierto que para un pedido de 100 millones. En Europa se han apalabrado el doble de dosis (con una opción de ampliar hasta 300 millones, algo que ahora se cumplirá viendo los datos de eficacia)