Pedro Gurillo: “Es incompatible una buena salud física sin una buena salud mental, e igual al revés”

La salud mental es un componente esencial del bienestar integral de las personas, a menudo subestimado en comparación con la salud física. Sin embargo, su influencia en la calidad de vida resulta innegable. El estado emocional y psicológico de una persona no solo afecta su percepción de la realidad, sino que también tiene un impacto directo en su salud física y su capacidad para llevar una vida plena.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud mental se define como un estado de bienestar en el que un individuo es consciente de sus propias capacidades, puede hacer frente a las tensiones normales de la vida, trabaja de forma productiva y contribuye en sus relaciones interpersonales.

La salud mental se refiere al estado de bienestar emocional, psicológico y social que puede tener una persona. No solo implica la ausencia de trastornos mentales, sino también la capacidad de manejar el estrés, relacionarse con los demás y tomar decisiones. Es fundamental entender que la salud mental no es un estado fijo; puede fluctuar a lo largo de la vida y verse afectada por diversos factores, como el entorno, las experiencias personales y las condiciones biológicas.