Liga de Campeones. El Chelsea ajusticia a Guardiola y se proclama campeón | 0-1

El Estadio do Dragao de Oporto, Portugal, se engalanó para acoger la final de la Liga de Campeones 2020-21. Manchester City y Chelsea, los dos mejores equipos -si se atienden al funcionamiento colectivo- de la temporada se veían las caras en el colofón a un derroche físico y mental como pocos. El curso, marcado por la ausencia de respiro promocionada por el coronavirus, desembocó en este evento británico que coronaría el primer entorchado de la máxima competición continental de los 'Citizen' o el segundo de los 'Blues'. Sin un favorito claro.

Pep Guardiola dispuso de toda su pomposa plantilla y eligió efectuar varias modificaciones sorpresivas. Construyó un once desprovisto de mediocentro defensivo, entregando la medular a Ilkay Gündogan, Bernardo Silva y a Kevin De Bruyne. Phil Foden, Raheem Sterling y Ryad Mahrez ocuparían el ataque, con Olaksandr Zinchenko, John Stones, Ruben Dias y Kyle Walker como protectores del meta Ederson. Rodri, Fernandinho y Joao Cancelo se quedarían si sitio y empezaron en el banquillo, al lado de Sergio 'Kun' Agüero, Gabriel Jesús o Ferrán Torres.

Thomas Tuchel, que tampoco lidió con bajas, reprodujo su idea y nómina habituales. César Azpilicueta, Thiago Silva y Antonio Rüdiger cuidarían del portero Mendy, con Reece James y Ben Chilwell ejerciendo de carrileros largos. Jorginho y N'Golo Kante trabajarían en el eje, con Mason Mount, Kai Havertz y Timo Werner en la ofensiva. Esperarían turno piezas como Marcos Alonso, Christian Pulisic, Olivier Giroud, Matteo Kovacic, Hakim Ziyech o Callum Hudson-Odoi. No fue convocado el goleador canterano Tammy Abraham.Se alzó el telón siguiendo los pronósticos. El City saldría rebosante de personalidad, lanzando presiones abrasivas y reclamando el monopolio de la posesión a las primeras de cambio. Competiría forzando a los londinenses a afanarse en el orden y achique en un prólogo delicioso desde el prisma del espectáculo abierto, de la velocidad y colorido atacante. Sin embargo, en ese lapso se destaparía la esencia del ajedrez. Y es que jugaban con fuego los técnicos si se cometían pérdidas.

Havertz y Sterling abrirían fuego. El alemán se filtraría en la mediapunta, centrando para la parada de Ederson y, a continuación, pasando atrás para el remate fallido de Werner -patada al aire, con todo a favor-; y el inglés asumiría el protagonismo del desequilibrio 'skyblue', dañando en carrera a James. De hecho, perdonó un mano a mano con Mendy, capturando el brillante pase largo de Ederson al espacio. Y emitiría el extremo un centro venenoso que sacó, como pudo, la zaga del Chelsea. Y antes del minuto 15 Chillwell y Mount sembraron una transición que el canterano usó para asistir a Werner, si bien el punta germano volvió a fallar. En posición franca.

Timo chutaría al lateral de la red en otra contra eléctrica fabricada por el perfil compartido entre Mount y Chilwell. Y de esa misma senda amaneció un centro que Kante cabeceó fuera. Se había desajustado el esquema de Mánchester, así que decidieron anestesiar el tempo y acaparar la pelota. De ese modo bajarían las revoluciones y la sensacional anarquía frenó. Y en ese marco se quemaría el minutaje, en un paisaje más riguroso y táctico. Antes de la media hora sólo se registraría como inquietante una asociación rápida de Sterling y De Buyne que derivó en el control sedoso de Foden y despeje, in extremis, de Rüdiger.

Le costaba más fluir al galope al diseño de Tuchel con el crecimiento de la prudencia del campeón de la Premier League. Eso sí, Walker se multiplicaría para llegar al ataque y central hacia el remate inexistente de Mahrez. Sufría un City sin delantero a la hora de incomodar en estático al cierre rival y tampoco descubrirían la manera de hacer caja tras la lesión de Thiago Silva -entró Christiansen-.

A pesar del amanecer fugaz de Mahrez, que desbordó y chutó flácido desde el pico del área. Y antes del descanso sobrevendría un punto de inflexión. Con los 'Citizen' yendo con todo a presionar, Mendy sacó el cuero con un pelotazo. Mount pescó el balón, se giró sin oposición y puso un pase directo y quirúrgico que regaló a Havertz un cara a cara con Ederon. Anotaría el 0-1, amortizando un desequilibrio absoluto de la propuesta de Guardiola.

Un centro de Kante -imperial como gobernador del ecuador del terreno- y conexión pobre de Werner en el primer palo decretarían el intermedio. Con deberes para el estratega catalán. Pep no contempló factible una modificación y ordenó más valentía posicional y ambición. Eso sí, con el Chelsea atrincherado no recogería nada más que un derechazo de Sterling que rebotó en el brazo de James -Mateu Lahoz no entendió penalti-, así que daría el volantazo a partir del minuto 60. Gabriel Jesús y Fernandinho comparecerían -por el lesionado De Bruyne y un trabajador Bernardo Silva-, recuperando su colectivo el equilibrio táctico. Y Foden probaría suerte sin tino.

La delegación de Stamford Bridge se limitaría a remangarse a un esfuerzo de cierre coordinado. Azpilicueta salvaría a los suyos con un despeje soberbio que arrebató el empate a Gündogan, antes del 70. Y entrarían Pulisic, Agüero y Kovacic -por Werner, Sterling y Mount-, en las maniobras previas a un desenlace de tensión disparada y asedio 'skyblue'. Chilwell anularía otro centro espinoso, el 'Kun' esbozaría una vaselina que detuvo Mendy -en el único cálculo desacertado de James- y ni el argentino ni Foden llegarían al envío punzante de Walker.

Los 'Blues', astutos, aguardarían. Y en el 73 rozaron la sentencia. Kante -impresionante- robó y cedió para que Havertz dibujara una contra clara. La conducción del alemán bastó para colocar al City al borde del abismo. Pasó en el momento justo el talentoso atacante hacia el desmarque de Pulisic, que desperdició su intento ante la desesperada salida de Ederson.

El remate se fue demasiado cruzado y Jorginho chutaría de volea fuera de dirección. Mas, no se despegaría el conjunto de Mánchester de la impotencia creativa y el título se iría hacia Londres, toda vez que la probatura de Mahrez, en la conclusión, lamió la cruceta -minuto 97-. Distinguiendo la labor de Tuchel y acusando a la creatividad de Guardiola.

- Ficha técnica:

0. Manchester City: Ederson; Zinchenko, Ruben Dias, Stones, Walker; Gündogan, Bernardo Silva (Fernandinho , min. 63), De Bruyne (Gabriel Jesus, min. 59); Sterling (Agüero, min. 76), Mahrez y Foden.

1. Chelsea: Mendy; Azpilicueta, Thiago Silva (Christensen, min. 38), Rüdiger; Chilwell, Jorginho, Kante, James; Mount (Kovacic, min. 79), Kai Havertz y Werner (Pulisic, min. 65).

Goles: 0-1, min. 41: Kai Havertz.

Árbitro: Miguel Mateu Lahoz. Amonestó a Gündogan (min. 33), Rüdiger (min. 56) y Gabriel Jesus (min. 87).

Incidencias: partido correspondiente a la final de la Liga de Campeones. Disputado en el Estadio do Dragao, con casi 15.000 espectadores.