Joserra González de Zárate: “Defendemos el trasvase porque el Gobierno central quiere acabar con la agricultura”
Abril de 2025 quedará grabado en la memoria colectiva de España por dos hechos históricos, por negativos, al menos para los que vivimos en la zona del Mediterráneo. Hechos negativos históricos hay más. Un gran apagón eléctrico sin precedentes nos sorprendía mientras estábamos ensimismados en nuestras rutinas. Y, cuando por fin volvía la luz y recuperábamos el pulso de la actualidad, recibíamos como jarro de agua fría noticias sobre la tan dilatada a la vez que esperada revisión de las reglas de explotación del Tajo-Segura. Nos llegaba a través de la filtración de un informe que, de convertirse en norma, supondría eliminar el uso agrícola mediante una merma progresiva de un 40 % hasta 2027 de las cantidades a trasvasar y de un 50 % de las aportaciones para el regadío. Si este documento se materializa, «se acabó lo que se daba» por la unilateralidad de un Gobierno que no responde a criterios científicos coherentes que justifiquen el recorte del agua que se nos niega. Podemos afirmar que su aprobación sería el epitafio de una infraestructura histórica y necesaria para la continuidad de la agricultura del Levante español e inevitablemente para el conjunto de la sociedad y todo el tejido empresarial.
El apagón en forma de colapso eléctrico que sufrimos el pasado lunes puede equipararse al que Sánchez quiere imponer a nuestro sector agrario con este recorte. No podemos depender de decisiones políticas injustificadas, necesitamos un plan de infraestructuras hídricas estable que contemple todas las fuentes del recurso: reutilización, depuración, ahorro del agua, desalación y por supuesto, trasvases. Dejarnos sin trasvases es una irresponsabilidad; es dejarnos a oscuras de repente, sin previo aviso, como el 28 de abril.