El consentimiento informado, el documento que tendrán que firmar los que elijan entre AstraZeneca o Pfizer
El teléfono de la sede del Comité de Bioética no ha parado de sonar desde que la ministra de Sanidad, Carolina Darias, pusiera en sus manos la decisión sobre la segunda vacuna de AstraZeneca en los menores de 60 años. Un órgano "colegiado, independiente y de carácter consultivo" que ha colaborado en la elaboración del consentimiento informado que los usuarios deberán firmar si quieren seguir con el suero de AstraZeneca.
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Llegados a este punto, la cuestión, aunque para algunos pueda tener una respuesta obvia, es saber ¿qué es un consentimiento informado? y ¿por qué se va a pedir que se firme ahora si antes no ha sido necesario? De hecho, comunidades como Madrid, Andalucía o Galicia ya han anunciado que también va a requerir la firma de un consentimiento informado pero para el caso contrario, para aquellas personas que decidan mezclar vacunas y ponerse una dosis de Pfizer tras haber recibido la primera de AstraZeneca.
¿Qué es un consentimiento informado?
El consentimiento informado es el documento en el que se detalla al paciente los beneficios y los riesgos de un medicamento o una intervención médica, para que el individuo pueda decidir así libremente si se somete o no a ella.
En la última actualización de la Estrategia de Vacunación, en la número siete, Sanidad se refería precisamente a que la toma de decisiones "no puede basarse solamente en el consentimiento informado del individuo". La vacuna a administrar "no puede ser a demanda o elección de los individuos ni del personal sanitario, so pena de socavar los principios y valores éticos de la Estrategia", reza el texto. Pero dada la situación "extraordinaria y excepcional", en palabras de Darias, y las presiones de buena parte de las comunidades autónomas, los afectados al final sí que podrán elegir qué segunda dosis reciben, si la de Pfizer o la de AstraZeneca.
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¿Por qué ahora sí hay que firmar el consentimiento informado?
La razón, explican fuentes del Ministerio de Sanidad a NIUS, es que antes no se conocían los efectos adversos graves con resultado de fallecimiento que ahora sí se han detectado en personas vacunas con AstraZeneca. Son trombos muy poco frecuentes, insisten, pero la gente tiene que saberlo. Las personas deben ser informadas de que existe esa posibilidad y que por ello, aseguran, se recomienda la aplicación de otra vacuna, al igual que están haciendo otros países como Alemania o Francia, insisten.
Por su parte, comunidades como Madrid, Galicia o Andalucía también requerirán la firma de un consentimiento informado en el caso de que se administre la de Pfizer ya que, argumentan, el estudio CombivacS elaborado por el Instituto Carlos III tiene una muestra "pequeña" como para poder medir los efectos secundarios de mezclar vacunas.
Rúbricas de consentimientos que expertos en Bioética como Alfonso Carmona consideran innecesarias. "Si tú vas a vacunarte y pones el brazo estás implícitamente aceptando esa vacuna". La vacunación es voluntaria "no se le pone una pistola en el pecho nadie, así que acudir es consentir", concluye el doctor Carmona.