Toni Pérez: “Dije que el nuevo pliego de la limpieza viaria estaría antes de que finalizara este año 2025, y siempre cumplo con lo que digo”

El éxito de la media maratón de Benidorm, la implantación de la zona de bajas emisiones, la marcha del Low festival y la confirmación de la nueva empresa que se hará cargo de los eventos, la venta de la clínica Benidorm, el pliego de la limpieza viaria, el rascacielos más alto de Europa, el paro más bajo de España, el censo demográfico más alto de nuestra historia, el año 2025 en cifras turísticas, el bono consumo, la navidad y, en general, la intensa vida que se cierne a diario en torno a la ciudad de Benidorm. Todos estos temas y alguno más, sobre todo de carácter nacional y regional, son los que hoy ha contestado el alcalde de Benidorm y presidente de la Diputación, Toni Pérez, durante casi una hora en los micrófonos de LEO RADIO.

Van a cumplirse setenta años desde que Benidorm presentara su Plan General. En ‘Así será Benidorm’, que ya los ha cumplido, se dejaba muy claro que se trataba de un lugar con unas características propias que lo iban a convertir en una población de rango superior al de cualquier urbe frente al mar. Hasta 1986, tres décadas después, no empezamos a hablar de desarrollo sostenible, pero en 1956, y solo por sentido común, Benidorm planificó de manera sostenible su futuro y hemos llegado a 2025 con la distinción Green Pioneer de la Comisión Europea e incluso siendo finalista del Green Leaf 2027.

Benidorm es, desde hace décadas, un laboratorio urbano a cielo abierto. Su modelo vertical, su densidad y su capacidad para absorber millones de visitantes cada año la han convertido en un caso de éxito internacional. Pero también este éxito nos coloca ante una serie de retos permanentes como el de demostrar que un destino turístico de este nivel es sostenible. Sólo en la última década, Benidorm ha puesto en marcha iniciativas de actualización y ahorro de energía, optimización del ciclo del agua, mejora de la limpieza viaria y mitigación del cambio climático, atendiendo siempre al análisis e interpretación del dato en una hoja de ruta que nos llevó a certificarnos como el primer Destino Turístico Inteligente (DTI) del mundo en 2018 y a superar todas las auditorías anuales que lo acreditan.

Trabajamos para cerciorarnos de que todos nuestros planes y medidas cumplen su cometido para anticiparnos a los desafíos del mañana. Apostamos por el ahorro de energía; consumir menos para brillar más. Implantamos tecnología LED, avanzamos en sensorización de consumos y apostamos por energías alternativas en dependencias municipales. Son pasos necesarios en un contexto donde la energía es cada vez más cara y donde los municipios debemos cumplir objetivos climáticos europeos. Pero entendamos que la transformación energética de una ciudad turística requiere algo más que tecnología: una estrategia para reducir consumos sin sacrificar competitividad.

Y en Benidorm, donde siempre el agua nos ha sido tan esquiva como necesaria, nos hemos situado en la vanguardia de su gestión y animamos a todos a administrar con eficacia el ciclo del agua. A base de inversiones constantes y cuantiosas, hemos logrado un alto grado de eficiencia, un uso intensivo del telecontrol y una depuración avanzada que permite reutilizarla en otros menesteres. La cuarta red de agua, la regenerada, es una realidad que se suma a las de aguas blancas, negras y grises. Hoy nuestra gestión es una garantía para vecinos, residentes, turistas y visitantes.

No obstante, como sabemos que la presión sobre los recursos hídricos irá en aumento, trabajamos ya en medidas que abunden en la reutilización y en una pedagogía social que convierta el ahorro de agua en cultura urbana. Y sabemos que la limpieza urbana es hoy uno de los indicadores más sensibles para cualquier ciudad. Ello nos lleva a nuevos equipamientos, sistemas de baldeo optimizados y rutas inteligentes donde aportamos la realidad de una mejor gestión, sabiendo que la sensación que percibe la calle no depende solo del esfuerzo municipal: la densidad poblacional, el uso intensivo del espacio público y los hábitos de los visitantes influyen tanto como la actividad de las barredoras. Hemos de reforzar la corresponsabilidad de quienes disfrutamos Benidorm.

Con la certeza de que el futuro del turismo solo será sostenible, Benidorm trabaja en la mitigación del cambio climático a través de planes e iniciativas de adaptación, reforzando su apuesta por zonas verdes, movilidad sostenible y reducción de emisiones. Garantizar el confort climático ya no es una opción, es una exigencia tanto desde el Ayuntamiento como desde el sector turístico. Y como la verdadera credibilidad de un municipio se mide por realidades, Benidorm lleva a cabo proyectos de renaturalización que van más allá de la estética y nos muestran el camino para entrar en una realidad ecológica como se ha visto en El Moralet, en la Avenida del Mediterráneo, o en las instalaciones que más utilizan nuestros habitantes más pequeños: los patios escolares y las zonas infantiles de los parques.

En todo, Benidorm no parte de cero. Benidorm ha construido su reputación internacional como destino eficiente y resiliente, siendo innovador y persistente, fiel a una idea urbana de concentración en altura que va a cumplir setenta años de éxito y que en la última década ha dado un salto cualitativo para ser la mejor ciudad en la que vivir y el mejor destino al que venir.