¿Sabes cómo afecta el abuso de las pantallas en el desarrollo de los niños?
Es innegable que la evolución de las tecnologías ha brindado a nuestra sociedad un sinfín de oportunidades, como la mejora de nuestras capacidades de comunicación, un fácil acceso a la información o la disponibilidad de entretenimiento inmediato. Sin embargo, es crucial reconocer que el abuso de las tecnologías puede tener diversas consecuencias negativas, sobre todo en los más pequeños.
En el caso particular de los niños se vuelve imprescindible contribuir a su desarrollo en la competencia digital, pero como madres y padres es importante distinguir entre un uso adecuado de las tecnologías y el abuso desmedido, ya que el uso excesivo conlleva consecuencias negativas que afectan su desarrollo adecuado. Los expertos pedagogos de la editorial RUBIO señalan los siete efectos más frecuentes:
1. Disminución de la capacidad de concentración. La constante exposición a dispositivos electrónicos y la sobreestimulación digital que estos ocasionan hacen que los niños pueden desarrollar dificultades para mantener la atención en una única tarea. Esto afecta negativamente a su rendimiento cognitivo y la productividad, lo que dificulta su correcto desarrollo.
2. Necesidad de gratificación instantánea. El ritmo frenético de las redes, plataformas en línea e internet en general fomenta una mentalidad de búsqueda de recompensas instantáneas, provocando así una falta de perseverancia, además de una posible frustración al no recibirlas. Esto también puede traducirse en una disminución de la capacidad de leer o escribir textos largos ligada a la preferencia por la información fragmentada, resúmenes o mensajes breves.
3. Dificultad para desarrollar habilidades de espera y aburrimiento. Proporcionar un dispositivo electrónico a los niños como un mecanismo para calmarlos o evitar el aburrimiento es una práctica ampliamente extendida. Sin embargo, este acto aparentemente inocente puede desencadenar significativas consecuencias en su desarrollo, como la limitación de la capacidad de espera o la baja tolerancia al aburrimiento, habilidades fundamentales para el desarrollo de la paciencia, la creatividad y la autorregulación emocional.
4. Riesgo de desarrollar trastornos relacionados. El uso excesivo y poco saludable de las tecnologías en los pequeños está asociado con un mayor riesgo de padecer una serie de enfermedades y trastornos, como depresión infantil, obesidad o problemas de conducta, entre otras.
5. Aislamiento y dependencia. Cuando los niños se sumergen en el mundo virtual es común que desconecten de la realidad y disminuyan sus interacciones sociales en el mundo real, lo que puede provocar dificultades en la comunicación y en la adaptación a entornos sociales. Además del aislamiento, la exposición continua a estímulos digitales puede también generar dependencia y afectar al desarrollo de habilidades y a la regulación de sus emociones.
6. Dificultades en el desarrollo psicomotor y cognitivo. A pesar de los beneficios que pueden tener las tecnologías, hay diversos aspectos psicomotrices y cognitivos que solamente pueden ser desarrollados mediante el uso de elementos físicos. Por ejemplo, escribir, dibujar o manipular objetos tangibles proporciona oportunidades únicas para el desarrollo de habilidades motoras, coordinación y percepción espacial.
7. Desconexión con la realidad y el entorno. La interacción directa con el mundo real es fundamental para el desarrollo cognitivo y sensorial de los niños, por lo que abusar de las pantallas limita su capacidad de aprender a través de la observación y la exploración, privándolos de experiencias enriquecedoras. Asimismo, el mundo virtual puede distorsionar su comprensión de la realidad, ya que a menudo muestra una imagen que no es fiel a esta.
Teniendo esto en cuenta y considerando que las tecnologías pueden ofrecer múltiples beneficios educativos y de entretenimiento a los niños, es esencial considerar sus posibles impactos en el cerebro y el desarrollo. De este modo, los expertos de la editorial remarcan la importancia de fomentar un uso equilibrado y consciente de las tecnologías, promoviendo también actividades físicas, interacciones sociales y experiencias enriquecedoras fuera del entorno digital.
Así, todas las propuestas de la editorial fomentan la creación de rutinas que desarrollan la plasticidad del cerebro, la psicomotricidad fina y el pensamiento creativo, entre otros, a través de materiales adaptados a las necesidades de cada edad y etapa educativa, y siempre enfocados a que los niños pasen un rato agradable y divertido a la vez que aprenden.
RUBIO nace hace ya más de 65 años de la mano de Ramón Rubio y es la editora de los afamados cuadernos didácticos basados en potenciar la plasticidad del cerebro a través del desarrollo de las competencias básicas, como la escritura y el cálculo. Desde su fundación, RUBIO ha vendido más de 323 millones de ejemplares de cuadernos, que han acompañado a varias generaciones de españoles.