Mejor oler a basura que a muerto

Leopoldo Bernabeu

Me resulta curioso el punto de inflexión al que tenemos que llegar algunos periodistas cuando nos vemos obligados, por su abrumadora importancia, a insistir sobre una cuestión, sobre una noticia que está causando un impacto social de dimensiones difíciles de medir, por muy surrealista que parezca. Todo eso me sucede a sabiendas de que quienes me escuchan puedan estar sufriendo un punto de saturación cuyo resultado no sea otro que el más temido para nuestra profesión, y es que decida coger el mando y diga que a otra cosa mariposa, cambie de canal o de frecuencia en la radio. Sería hasta entendible.

Es decir, estamos ante uno de esos casos que abochornan a un país, ante uno de esos episodios que sitúan en que nivel de degradación moral nos encontramos los españoles por obra y gracia de un Gobierno que se desmiembra y se pudre, pero a la vez tenemos que ser capaces de idear de que manera volvemos a venderle a usted la mercancía para que no se aburra, cuando lo normal sería pensar que, ante tamaña desgracia, todos nos uniéramos para presionar con tal nivel de fuerza que obligara a esta gentuza que ocupa la Moncloa, a no tener más salida que coger el camino de Villadiego.

Pues mire usted, en ese deambular que ocupa el espacio entre el conocimiento de la estulticia y la transcripción para convertirlo en artículo que sirva para audio y lectura, se me ocurrió ayer y se ha afianzado hoy, una idea que se ha ido haciendo potente en mi subconsciente, hasta el punto de llegar a imaginarme la escena: Un Pedro Sánchez, rodeado de basura, a pesar de estar en la Moncloa viviendo junto a su impoluta y soberana doña Begoña, diciendo algo así como “que mal huele ¿verdad, querida?...”,a lo que ella responde algo así, “siempre será mejor seguir oliendo al podrido que supone estar rodeados de basura, que no oler a muerto, porque eso podría suponer nuestro final, cariño”.

Y ese es mi resumen. Que bien le está viniendo a Pedro Sánchez todo este vodevil llamado “Leire Díez” para que los españoles no nos acordemos ya del escándalo que supuso conocer, también gracias a los odiados medios de comunicación, el contenido de los whatsaps que se enviaba con su querido Ábalos, insultando y poniendo de vuelta y media a compañeros, amigos, ministros, barones y todo lo que se menea a su alrededor. Por no recordar de que no hemos vuelto a saber nada de don Pedro desde que se produjo el famoso apagón que dejó España a oscuras el pasado 28 de abril. Una situación que le ha afectado mucho porque él sigue a oscuras: ni sabemos cual es su opinión sobre la retahíla de escándalos de las últimas semanas, ni sabemos 37 días después porque sucedió aquel apagón.

Pero nada, todos tranquilos, si hoy hubiesen elecciones todavía habría en este país más de 6 millones de españoles que le votaría. Es más, estoy convencido de que si mañana saliese a la calle a matar abuelitas, todavía le apoyarían porque ya se encargaría el aparato socialista de convencernos que era para hacerles un favor a sus familias, ya que estaban muy mayores y suponían un gasto excesivo para sus apretadas economías. La misma que les impide poder pagar un alquiler de vivienda, aunque con tanto hedor a su alrededor, no sea este un problema que preocupe al bueno de Sánchez, que vive en la Moncloa, bien ancho y calentito. Él con prometer hace dos años 180.000 viviendas una semana de elecciones y una empresa para la vivienda hace 12 meses, aunque no haya cumplido nada, es suficiente para que su rebaño le siga alabando como si fuera un Mesías. Ver para creer.

Mi conclusión es la de siempre. Por muy inaudito que resulte y nos parezca, este nuevo escándalo le ha venido de perlas a Don Pedro Sánchez, porque la buena de Leire ha tapado la mierda de Ábalos, y si encima aparece Aldama en escena, mucho mejor, para que nos olvidemos incluso de la periodista y escritora Leire Díez. ¿Qué nos espera la próxima semana?.