Leire Díaz y Núñez Feijoo
Leopoldo Bernabeu
Discutíamos anoche en un programa de televisión en el que participo sobre la importancia de que Leire Díaz, conocida como la fontanera del Psoe, se diera de baja de su propio partido, al igual que se centraban las crónicas de este pasado lunes en el hecho de que si hoy se celebrasen elecciones ganaría la derecha de calle. Nada que objetar, son temas que se proponen y para el análisis nos invitan. Acepto.
Pero también discrepo de que esos sean los análisis esenciales sobre los que habría que centrar el tiro. Ni siquiera sé si esa fijación deviene del interés del beneficiado o del perjudicado. En esta España actual, donde todo es tan difuso y tan distante el tramo entre la realidad y la ficción, uno ha de rebanarse los sesos para deducir si está haciendo campaña a quien más le interesa, aunque el subconsciente le pida lo contrario.
Sigo manteniendo que la ya conocida como fontanera del Psoe, a la que también han denominado como lideresa de una trama similar a la camorra italiana, no es más que una don nadie, bastante analfabeta y burda, dicho sea de paso, que alguien ha colocado ahí y ha dotado de un super poder que no tiene, pero bien que se lo ha creído, para que pueda hacer todo lo que sabemos que está haciendo, y lo que, como aviso Aznar el otro día, queda por conocer, que apunta a todavía mucho más. En resumen, poquito de lideresa y mucho de colocada, enviada y mandada. Ahora nos falta saber por quien, aunque ahí también somos bastantes los que lo intuimos.
En el segundo de los casos, dije y mantengo que para mi, lo realmente sorprendente no es que la suma de los diputados que hoy obtendrían PP y VOX pasan de largo la mayoría absoluta. Faltaría más con la que está cayendo. No, no, para mí lo heavy metal es que, precisamente con todo lo que hemos visto, leído y escuchado en estos 7 larguísimos e insoportables años de mandato del psicópata de la Moncloa, todavía queden en España tantos anestesiados noctámbulos que serían capaces de volver a otorgarle a este maquiavelista su voto, llegando a obtener la friolera de 110 diputados. ¿De verdad no es esto lo que de verdad sorprende?. Le recuerdo que hablamos de un político, Pedro Sánchez que, en circunstancias normales, como mínimo debería estar procesado, sino ya encarcelado.
Y si me lo aceptan, finalizo esta opinión añadiendo en el capítulo de las sorpresas, el hecho de que esa misma encuesta otorgue un crecimiento en diputados al PP realmente ridículo, tan sólo 8 sobre los que obtuvo aquel lejano 23 de julio de hace dos años. No es por tanto de extrañar, resulta incluso muy previsible, que en los estertores de esa misma encuesta, se nos añada para el que lo quiera repasar, que el 80% de los votantes del PP exigen más contundencia al PP. No es por meter cizaña, pero se multiplican las voces convencidas de que si en ese lugar estuviera hoy Isabel Díaz Ayuso, la mayoría absoluta de este partido estaría garantizada. Se la presupone como la única candidata posible a día de hoy capaz de afianzar al votante del PP y atraer al de VOX, que no es otro que el descontento del acomplejamiento de los populares, aunque esto ya lo sabía usted también, ¿verdad?.