La subida de precios cambia nuestra dieta: comemos menos pescado, carne roja y aceite de oliva
El incremento imparable del precio de los alimentos se refleja en la cesta de la compra y en la dieta de los españoles. El importe de los productos alimentarios sigue disparado y los hogares se han ido adaptando a esta subida. ¿Cómo? Consumiendo menos carne, menos pescado, menos huevos e incluso menos pan. Sólo dos productos vieron incrementar su ingesta: el vino con indicación geográfica protegida (D.G.P.) y los aceites que no son ni de oliva ni de girasol.
Así se contempla en el último informe publicado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, correspondientes al mes de julio. La mayor caída se refleja en los productos cárnicos cuyo consumo descendió el pasado mes de julio más de un 16% respecto a julio de 2021. La compra de pescado también se redujo un 14%. El pan, un 9,4% y los huevos, un 8,5%. En total, los españoles tomaron un 8,8% menos de productos alimentarios, aunque solo consiguieron reducir un 5,1% el gasto. Los productos que experimentaron mayor caída en su consumo fueron:
Aceite de girasol un -19%. De 165,9 millones de litros en julio de 2021 se pasó a consumir 134,4 millones de litros en julio de 2022.
Carne ovino/caprino un -27, 1%. De 60,5 millones de kilos en julio de 2021 se pasó a consumir 44,1 millones de kilos en julio de 2022.
Carne vacuno -18%. De 233,9 millones de kilos en julio de 2021 se pasó a consumir 191,9 millones de kilos en julio de 2022.
Pescados un -15,7%. De 582,6 millones de kilos en julio de 2021 se pasó a consumir 491,2 millones de kilos en julio de 2022.
Otras leches un -15,1%. De 30,3 millones de litros en julio de 2021 se pasó a consumir 25,7 millones de litros en julio de 2022.
Azúcar un -15,4%. De 152,9 millones de kilos en julio de 2021 se pasó a consumir 129,3 millones de kilos en julio de 2022.
Aceite de oliva un -10.2%. De 380,7 millones de litros en julio de 2021 se pasó a consumir 341,9 millones de litros en julio de 2022.
Huevos un -10.7%. De 420,5 millones de kilos en julio de 2021 se pasó a consumir 375,4 millones de kilos en julio de 2022.
Pan un -7,4%. De 1.430,8 millones de kilos en julio de 2021 se pasó a consumir 1.324,5 millones de kilos en julio de 2022.
La mayor caída, en porcentaje, la experimentaron los vinos de aguja, un -28,4%. De 2,1 millones de litros se pasó a 1,5. A cambio, se incrementó la ingesta de vinos con indicación geográfica protegida un 1,7%. De 25,7 millones de litros en julio de 2021 se pasó a 26,2 millones de litros. También aumentó el consumo de otros aceites (ni de girasol ni de oliva) como los aceites de linaza o coco cuyo consumo aumentó un 10%, de 17,6 millones de litros a 19,4.
Menos compras, pero más caras
Unos cambios en los hábitos de consumo, reduciendo el número de kilos o litros adquiridos, que no siempre se han visto reflejados en el ticket de la compra. Por ejemplo, los españoles comieron 45,1 millones de kilos de huevos menos, pero en cambio pagaron 17 millones de euros más por ellos. Pasa lo mismo con la leche, su consumo se redujo un -6,4%, pero la evolución de su valor aumentó un 2,2%. Y sucede también con:
Bollería, pastelería, galletas y cereales.
Chocolates y cacaos.
Café e infusiones.
Arroz.
Pasta.
Aceite de oliva y girasol.
Patatas procesadas.
Platos preparados.
Gaseosas y refrescos.
Productos que los españoles han consumido en menor cantidad, pero que han pagado más por ellos que en julio de 2021. Una radiografía de cómo la subida de precios ha podido influir en los hábitos de consumo que, según Rubén Sánchez, responsable de Facua, demuestra que las personas con menor poder adquisitivo se están privando de comprar tantos alimentos como antes o alimentos con los precios más caros. Están cambiando hábitos de alimentación sustituyendo, por ejemplo, pescados y determinadas carnes por otros productos que pueden ser menos nutritivos y que pueden implicar un mayor nivel de hidratos, indica.
"Quien antes comía pescado con arroz, ahora come arroz con un poco de pescado o incluso elimina el pescado de la dieta. Todo ello implica que los perjuicios económicos que nos está provocando esta coyuntura de alzas importantes de los precios para aumentar los márgenes de beneficios en las grandes empresas, deriva en una peor calidad de vida y un efecto negativo en nuestra salud, al sustituir productos esenciales por productos cuyo aporte nutricional no es tan propio de la dieta mediterránea, que suponen un exceso de hidratos de carbono o de grasas saturadas. Todo ello supone una merma en nuestra salud que luego puede tener consecuencias en el sistema sanitario y provocar un mayor gasto en sanidad", asegura el experto.
Las recomendaciones de las organizaciones de consumo
En este sentido, la OCU recomienda adquirir productos de marca blanca y priorizar los supermercados más baratos. Porque, asegura, "Eligiendo bien el lugar donde se hace la compra, pueden obtenerse ahorros muy relevantes: unos 1.000 euros al año de media, más de 3.500 euros en algunas ciudades. Además, recuerda, existen aplicaciones gratuitas como OCU Market, que "permite comparar el precio de más de 150.000 productos de alimentación y droguería en los supermercados del barrio".
Según los cálculos realizados por la organización, este año las familias van a afrontar un sobrecoste de más de 830 euros en el gasto anual en alimentación y en el corto plazo nada hace pensar que la situación vaya a cambiar. De hecho, no descarta que los precios de algunos productos suban aún más en los próximos meses. Por todo ello, urge al Gobierno a tomar medidas "firmes y decididas" para frenar la subida de los precios. Medidas que, considera, pasan por suspender temporalmente los impuestos ligados a la energía, "el origen de la espiral inflacionista", y por aumentar las ayudas a las familias vulnerables mediante cheques de alimentos.