El sapo concho, una especie endémica de Puerto Rico que se encuentra en peligro de extinción

De entre todos los símbolos utilizados en el nuevo álbum de Bad Bunny, DeBÍ TiRAR MáS FOToS (2025), para mostrar al mundo, con sus luces y sombras, la realidad social de Puerto Rico, uno llama especialmente la atención de aquellos interesados por la naturaleza y la conservación de la biodiversidad: los videoclips y shorts de Spotify que ilustran las canciones están protagonizados por un sapo. Pero, ¿por qué?

Lejos de lo que pueda parecer, Benito Antonio Martínez —el nombre de pila del cantante— no eligió al animal al azar: el sapo crestado puertorriqueño o concho (Peltophryne lemur) es un anfibio endémico de su patria que se encuentra catalogado como "en peligro" en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), precisamente a causa del cambio climático y la degradación de hábitats en la isla caribeña.

La propuesta musical y audiovisual del artista boricua se ha convertido en uno de los principales temas de conversación pública desde el lanzamiento de su proyecto el pasado 5 de enero. Y es que, con referencias políticas —muy evidentes, por ejemplo, en la canción ‘LO QUE LE PASÓ A HAWAii’— hacia la turistificación, la gentrificación y la pérdida de identidad cultural de su isla natal, ha conseguido despertar la conciencia incluso de sus detractores.

las amenazas a las que se enfrentan el sapo concho y otros anfibios

Ubicado en el mar Caribe, al este de la isla de La Española, al norte de la costa venezolana y a unas 1.000 millas del sudeste de Miami, Puerto Rico —o borinquén, el nombre de la isla en lengua taína— es un paraíso natural. Sus apenas 13.791 km² de territorio constituyen uno de los 35 puntos calientes de biodiversidad en el mundo: según el último informe de los Centros Nacionales de Información Ambiental (NCEI, por sus siglas en inglés), allí habitan casi 300 especies distintas de aves y más de 2.800 plantas vasculares.

Por su parte, y teniendo en cuenta que los anfibios conforman el grupo de vertebrados más amenazado del planeta, estos no gozan de buena salud en los ecosistemas puertorriqueños. De hecho, muchos residentes del país desconocen que existan, por ejemplo, dos especies distintas de sapo: una nativa, el sapo concho, y una invasora, el sapo común (Rhinella marina), que fue exportada desde Sudamérica al archipiélago en 1920, tal y como explica el herpetólogo Rafael Joglar en una entrevista para Mongabay Latam.

En Puerto Rico habitan dos tipos de sapos: uno nativo, el sapo concho, y otro invasor, el común.

El primero, elegido como símbolo del nuevo álbum de Bad Bunny, es un animal muy pequeño y tímido, que prefiere mantenerse oculto la mayor parte del año. Durante décadas se creyó extinto, hasta que fue redescubierto en 1970 y considerado como una de las dos únicas especies de anfibios nativos de Puerto Rico. Y no solo eso: ahora, además, su imagen proyectada en todos los rincones de la producción musical de Benito podría contribuir a que tanto locales como extranjeros puedan identificarlo fácilmente, un primer paso para trabajar en su protección.

La otra especie nativa es la rana coquí (Eleutherodactylus coqui), más visible y celebrada por los boricuas: esta está catalogada como de "menor preocupación" en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN, pero también es víctima del cambio climático y de la pérdida de hábitats, una problemática en la que los expertos destacan dos factores clave para el caso de la isla: el huracán María de 2017, que causó serios daños en los ecosistemas de los anfibios, y el aumento de construcciones destinadas al turismo —hoteles y viviendas de lujo— en terrenos que deberían, por ley, estar protegidos.

Un altavoz para proteger el patrimonio natural de Puerto Rico

Si DeBÍ TiRAR MáS FOToS reivindica con nostalgia a los jíbaros, a la bomba y la plena y a las tardes de dominó, tan asociadas a la vida cotidiana de los boricuas, ¿por qué no también darle visibilidad al patrimonio natural de la isla? 

En este sentido, el herpetólogo Joglar celebra la apuesta del artista puertorriqueño: "Lo que está pasando es maravilloso. El señor Bad Bunny está haciendo un gran trabajo, porque está combinando música, talento y arte, con la ciencia y nuestras especies amenazadas". Y es que, a través de su dominio de las redes sociales y su gran influencia sobre las nuevas generaciones, Benito ha convertido al sapo concho en un fenómeno internacional y en un símbolo de los desafíos que enfrenta Puerto Rico desde el punto de vista de la defensa medioambiental. 

Aunque el sapo concho ya está protegido por las leyes federales y estatales del archipiélago y de Estados Unidos, todavía queda mucho por hacer. Y por ello, todo proyecto es bienvenido: la situación de la especie es tan delicada que no solo hacen falta recursos para establecer estrategias activas de conservación, sino también iniciativas educativas o artísticas que despierten la curiosidad por la biodiversidad autóctona. Así pues, un álbum que ya ha llegado a millones de personas en todo el mundo (y en poco más de una semana desde su lanzamiento) no parece una mala idea.