El despliegue militar ruso en la frontera con Ucrania: ¿amenaza real o demostración de fuerza?
Los tambores de guerra suenan en Europa del este en lo que podría ser el prólogo de la mayor confrontación militar entre Estados europeos desde la Segunda Guerra Mundial.
La presencia de más de 94.000 soldados rusos en la frontera con Ucrania inquieta, y más tras las últimas declaraciones del ministro de Defensa ucraniano en el Parlamento de Kiev. Oleksii Reznikov ha puesto fecha a la ofensiva de Moscú a gran escala: "El momento más probable será a finales de enero", ha explicado, citando informes de inteligencia. Pero añadió que "la escalada es un escenario probable, pero no inevitable, y nuestra tarea es prevenirlo".
En el Financial Times, un funcionario de la administración Biden también fija en "comienzos de 2022" la fecha de una posible invasión y eleva a 175.000 soldados en 100 batallones el número de tropas que Moscú tiene preparadas para la operación. La mitad de esas tropas ya habría llegado a la frontera con Ucrania.
"Vamos a hacerle muy difícil a Putin seguir adelante y que haga lo que todo el mundo teme que haga", dijo el presidente Biden el viernes. Según una fuente citada por el Financial Times, Estados Unidos se está
¿Cuáles son las intenciones reales de Rusia?
A principios de noviembre, imágenes de satélite proporcionadas por la compañía espacial estadounidense Maxar Technologies ya mostraban alrededor de 1.000 vehículos militares, entre tanques, blindados y más equipos, cerca de la ciudad rusa de Yelnya, a unos 250 kilómetros al norte de la frontera con Ucrania.
¿Ese despliegue es una amenaza real o una demostración de fuerza? "De momento es una exhibición de fuerza con fines intimidatorios, pero la amenaza que se cierne sobre Ucrania es muy real. Si Rusia atacará o no, solo lo sabe el Kremlin. La decisión está en sus manos y depende, en buena medida, de su cálculo de riesgos, costes y beneficios. En ello influirá mucho su percepción de la respuesta europea y euroatlántica", señala a NIUS Nicolás de Pedro, experto en Rusia del Institute Statecraft de Londres. planteando enviar armas a Ucrania.
¿Cuáles son las intenciones reales de Rusia?
A principios de noviembre, imágenes de satélite proporcionadas por la compañía espacial estadounidense Maxar Technologies ya mostraban alrededor de 1.000 vehículos militares, entre tanques, blindados y más equipos, cerca de la ciudad rusa de Yelnya, a unos 250 kilómetros al norte de la frontera con Ucrania.
¿Ese despliegue es una amenaza real o una demostración de fuerza? "De momento es una exhibición de fuerza con fines intimidatorios, pero la amenaza que se cierne sobre Ucrania es muy real. Si Rusia atacará o no, solo lo sabe el Kremlin. La decisión está en sus manos y depende, en buena medida, de su cálculo de riesgos, costes y beneficios. En ello influirá mucho su percepción de la respuesta europea y euroatlántica", señala a NIUS Nicolás de Pedro, experto en Rusia del Institute Statecraft de Londres.
"El objetivo del Kremlin en esta guerra es que Ucrania acepte su control o tutela estratégica y la Unión Europa y EE.UU. no fortalezcan sus relaciones con Kiev. La voluntad de Ucrania y los ucranianos es, por supuesto, un factor irrelevante en los cálculos de Moscú. Y este puede ser su principal error", añade De Pedro.
"Rusia no está preparando una ofensiva para invadir Ucrania, sino repitiendo lo que ha hecho hasta ahora, pero con algo más de presión: intimidación táctica, demostración de fuerza y provocación a Ucrania, y de paso a la UE, a EEUU y a la OTAN, sin olvidarse de su propio publico doméstico (con elecciones generales en 2022)", afirma la investigadora del Real Instiuto Elcano, Mira Milosevich-Juaristi.
Una jugada "demasiado evidente"
La experta del Real Instituto Elcano cree que "los movimientos de regimientos se están realizando de manera decididamente visible. La invasión de Crimea sorprendió a todos porque fue una operación encubierta". Las relaciones entre Moscú y Kiev se enfriaron tras la anexión de Rusia de la península de Crimea en 2014 y la guerra en el Donbás, donde Rusia apoya a los separatistas prorrusos en el conflicto con tropas ucranianas.
El Kremlin considera que no puede reducir las tensiones en el este de Ucrania porque Kiev quiere retomar los territorios, las áreas rebeldes, "por la fuerza". El ministro de Defensa ucraniano lo ha desmentido y ha respondido que "no va a haber provocaciones violentas por nuestra parte, aunque si es necesario, Ucrania contraatacará".
"Rusia ha repartido unos 650 mil pasaportes rusos entre los residentes de la porción del Donbás bajo su control militar con el fin de poder justificar una posterior intervención", recuerda De Pedro. "Como en el caso georgiano (la guerra de 2008), el Kremlin podría tratar de forzar un supuesto ataque ucraniano para legitimar su intervención. Sin embargo, la jugada es tan evidente que quizás no funcione la estratagema", afirma.
El respaldo de la OTAN, la UE y EE.UU.
Ucrania y sus aliados de la OTAN han hecho sonar las alarmas sobre los movimientos de tropas rusas cerca de las fronteras de Ucrania este año, lo que generó preocupaciones de que un conflicto latente en el este de Ucrania podría estallar en una guerra abierta. Kiev ha presionado tanto a la Unión Europea como a la Alianza Atlántica para que preparen un paquete de sanciones estrictas para evitar que Rusia lance una ofensiva. Para la O¿Cuál sería su respuesta en caso de invasión? "Es difícil anticiparlo en este momento. Por ahora, la OTAN debe poner todo su empeño en disuadir a Rusia de lanzar un ataque a gran escala y para eso debe mostrar un compromiso firme y robusto de asistir a Ucrania en su defensa, incluyendo un flujo regular de suministros y respaldo diplomático sin fisuras", explica Nicolás de Pedro. "No obstante, las disonancias entre los aliados sobre cómo debe abordarse esta crisis y las relaciones con Rusia en general, pueden hacer que la respuesta de la OTAN no sea suficientemente robusta. A esa carta apuesta Moscú", añade.
¿Y el papel de Estados Unidos? El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, viajó a Moscú para mediar en la crisis y advertir a Rusia del alto precio que pagaría en caso de una escalada e instó al ministro de Exteriores Lavrov a buscar una salida diplomática al conflicto que se materializará en una videollamada etre Joe Biden y Vladimir Putin el próximo martes, 7 de diciembre, según ha anunciado el Kremlin este sábado.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha informado a través de la agencia Sputnik de que la llamada se producirá "por la tarde", hora de Rusia. La reunión sería la continuación del cara a cara mantenido en Ginebra el 16 de junio, el primero desde la llegada de Biden a la Casa Blanca en enero.
Objetivo de Rusia: alejar a Ucrania de Occidente
Desde que comenzó la última crisis, Moscú ha establecido demandas de garantías de seguridad de que la OTAN no admitirá a Ucrania como miembro (ahora es socio), ni desplegará sistemas de misiles allí para atacar a Rusia. Ucrania insiste en que Rusia no tiene voz sobre sus ambiciones de unirse a la alianza.
El objetivo final de Rusia: influir sobre Ucrania y alejar al país de la UE y la OTAN. Para ello tiene más herramientas como recuerda la investigadora del Real Instiuto Elcano, Mira Milosevich-Juaristi por ejemplo, "el chantaje económico (con un ejemplo como el desvío del tránsito del gas ruso del territorio ucraniano al gasoducto Nord Stream 2, que une directamente a Rusia con Alemania)". "El Kremlin no necesita invadir Ucrania, sólo que se cumplan los Acuerdos de Minsk II, que le son muy favorables, porque garantizan su influencia en Ucrania".TAN este es el enfrentamiento más peligroso con Moscú desde la Guerra Fría.