Alberto Varela: “Que un cliente tarde media hora en rellenar un formulario que además no quiere rellenar, es una locura”

En 2023, el turismo contribuyó aproximadamente con el 10% al Producto Interno Bruto (PIB) global y generó alrededor del 8% del empleo mundial. En España, el sector turístico desempeña un papel aún más destacado, aportando un 12,8% al PIB nacional y un 9,3% del empleo total en el país. El turismo español siempre ha demostrado una gran fortaleza y capacidad de adaptarse a las circunstancias por difíciles que fueran. Más allá de los números, el turismo es una herramienta poderosa para el desarrollo, la cohesión social y la generación de riqueza en distintas regiones, beneficiando tanto a grandes ciudades como a comunidades rurales. Es un sector que nos conecta con el mundo y nos permite mostrar lo mejor de nosotros.

Es un honor y una responsabilidad formar parte de esta industria, eso lo saben bien quienes más de cerca lo viven. Siempre se ha apostado por un modelo de turismo que combine la excelencia en el servicio con el compromiso de construir un futuro mejor para todos. El objetivo a largo plazo es claro: ser rentables. Las empresas deben ganar dinero si quieren contribuir de manera positiva al desarrollo económico y social. Solo así se genera empleo de calidad y se trabaja en armonía con las comunidades locales. Pero el turismo está en una encrucijada, y los retos que enfrenta hoy requieren una profunda reflexión y una transformación real para garantizar su sostenibilidad en el tiempo. Es evidente que el sector ha cambiado de forma radical en los últimos años, en gran parte impulsado por la tecnología y la digitalización, factores que han facilitado una mayor personalización de los servicios y una mejor experiencia para el cliente. Sin embargo, se cree que esta transformación tecnológica debe ir acompañada de una mirada humana. El turismo es, y siempre será, un negocio de personas para personas, donde el talento y la pasión del equipo hacen la diferencia.

Uno de los grandes desafíos de este tiempo es, precisamente, atraer y retener el mejor talento. La competencia en el mercado laboral es intensa, y cada vez resulta más difícil captar y mantener profesionales comprometidos con la visión y los valores de una empresa. Apostar por políticas de desarrollo y formación que permitan crecer profesionalmente y sentirse parte de una misión compartida, es una de las claves. Ser capaces de crear una seguridad laboral para miles de colaboradores, sentir que se están haciendo las cosas bien y ese compromiso con las personas, es fundamental para mantener un servicio de calidad y una propuesta de valor que les distinga en el mercado.