Son las personas, no las ideologías…
Leopoldo Bernabeu
Llegan las elecciones y con este tiempo de primavera brotan los candidatos como las flores en los campos, o parecido. Es una forma algo tierna de encabezar este artículo, pero entiéndanla ustedes como consideren, en el fondo mentira no he dicho ninguna. ¿Es eso preocupante o saludable?, pues también depende como se enfoque, como se mire, como se entienda la pregunta y dependiendo de por donde vaya el interés que te quiero Andrés, cada uno la responderá como considere.
Si llegado este periodo de renovación, que al fin y al cabo es en lo que consisten unas elecciones, deseado durante tiempo para poder volver a votar a aquel que entendemos lo ha hecho relativamente bien, o votar a cualquier otro con tal de que no repitan los mismos ante la nefasta situación que han dejado tras de sí, la conclusión es, como ya has podido comprobar, de doble vertiente también.
Si sólo se presentan los mismos, la cantinela será la de siempre, la ya conocida, “a quien votar si ya los conocemos”, y si por el contrario, se presentan caras y formaciones nuevas, la duda también es legendaria, “estos quieren chupar del vote como los otros”. Y es que los seres humanos somos así, queremos que haya cambios para después desconfiar de ellos.
Es una tarea harto difícil y un servidor lo pudo confirmar en primera persona. Después de muchos años comprobando a través del trabajo diario el deterioro en demasiadas partes de la administración municipal y, sobre todo, la de sus gestores, formé un proyecto político que obtuvo, en primera instancia, un gran apoyo público, que después, sólo sirvió para que aquellos que me acompañaban lo traicionaran, los adversarios los aprovechasen para magnificar las mentiras, y el pueblo en general se sumara a la campaña de desprestigio. Conclusión, no sólo no se consiguió nada de provecho, sino que los de siempre pudieron volver a vender la moto de “más vale lo malo conocido, que lo bueno por conocer”, además de los consiguientes daños personales, algunos de los cuales aún perduran en la retina de los sempiternos incrédulos.
A simple vista es fácil comprobar como en esta comarca hay poblaciones cuyo progreso salta a la vista, y en el mismo periodo de tiempo, pongamos las dos últimas décadas, otras han quedado ancladas en el más riguroso pasado, sin que necesariamente este dato se tenga que tomar como una falta de respeto al trabajo de nadie, porque quizás haya quien esté conforme con ese proceder. La Nucia, Finestrat y Benidorm, podrían estar en el primer grupo, y Callosa d´En Sarriá, Villajoyosa y Altea, en el segundo. Y antes de que nadie se me eche al pescuezo, añado que todo tiene sus matices. Pero así, a ojo de buen cubero, es mi sensación y de la infinidad de muchos vecinos. Incluso de aquellos que ahora, al leerlo, se puedan sentir ofendidos porque quizás les ha tocado la fibra romántica de pertenencia.
Haciendo un rápido repaso, fíjate que son poblaciones, las unas y las otras, que en estos últimos 20 años, han estado gobernados por diferentes colores políticos, lo que remarca la opinión que siempre he mantenido cuando el voto es municipal, son las personas y no las ideologías, las capacitadas o no de llevar proyectos adelante, dando exactamente igual el color del cartel que tengan detrás en los mítines. De la importancia del momento actual, a menos de mes y medio de decidir que queremos para los próximos cuatro años. Nos toca escuchar muy atentamente, dejarnos el corazón aparcado en casa y centrar la atención en esas personas que de verdad puedan hacer avanzar nuestros pueblos y ciudades, da igual si ya estaban o pretender estarlo.