¿Sentencia definitiva sobre el Centro Cultural de Benidorm?
Los dos concejales que en estos momentos representamos a Contigo Somos Democracia en el ayuntamiento de Benidorm, fuimos los únicos que en el último Pleno nos abstuvimos ante la declaración de nulidad del convenio para construir el Centro Cultural suscrito por nuestro Consistorio y la Generalitat Valenciana hace ahora casi 12 años. Lo que todavía me tiene sorprendido es que varios días después, nadie haya salido a la palestra a llamarnos cualquier barbaridad. Esto me hace pensar dos cosas, hemos sido los más prudentes o todos los demás, que votaron a favor de la nulidad, no las tienen todas consigo.
Y es que puede darse el caso de que estemos ante la firma de una caída libre al vacío y sin paracaídas. El Pleno del Ayuntamiento ha dado el visto bueno a algo que, dicho con palabras técnicas, puede que la mayoría de ustedes no lo entiendan y hasta les suene bien. Pero dicho con las palabras que todos utilizamos en la calle, hemos firmado un documento por el cual aceptamos que la obra que nos iban a construir hace 12 años y nos dejaron a mitad, nos terminen ahora sólo una parte. Del resto, ni se sabe ni se espera saber. No lo afirmo sólo yo, lo reconoció hasta el propio alcalde.
Y conste que no voy ahora a reprochar nada a Toni Pérez. Él ha hecho su apuesta, muy arriesgada, pero es la suya, y ha conseguido revestirla, eso sí, con su estilo propio, involucrar a todos en el posible magnicidio…menos a este que suscribe y su compañero Juan García. El alcalde, harto de ver ese mamotreto en medio de la avenida de Europa (exactamente igual que estamos todos), ha tragado con el cariñoso chantaje al que la Generalitat nos ha sometido a todo el pueblo de Benidorm, “o aceptáis que os terminemos una parte de la obra o no movemos ni un ladrillo y así se queda por varios años más”. Y hemos tragado con un compromiso por el que nos van a construir una parte a costa de arriesgar el no saber que pasará con el resto. Así son las cosas y así se las cuento. Lo demás que les digan, milongas.
Y digo que se trata de un compromiso, pues a pesar de habernos bajado los pantalones hasta el tobillo, a día de hoy, 2 de febrero de 2018, en la obra sigue sin moverse un ladrillo. Todo ello con la promesa de tener terminada la parte comprometida en un plazo de 15 meses. Claro que, también nos prometió el Sr. Puig en diciembre de 2015, que la obra empezaría de nuevo en 2016, y hasta hoy sólo han sido palabras que el viento se llevó…
¿Por qué tenemos que creer entonces ahora esta promesa?, ¿hemos roto el único convenio que obligaba a la Generalitat a terminar la obra, a cambio de otro que sólo garantiza una parte, pero que a día de hoy, nada de nada?, ¿no resulta muy sospechoso que se ponga como fecha de finalización de la obra el día de antes de las elecciones?. Ojalá me equivoque porque seré el primero en rectificar, pero por la dilatada y desastrosa experiencia que como benidormense tengo cada vez que de la Generalitat me hablan, pienso que nos han metido un golazo por toda la escuadra al mismo tiempo que nos robaban la cartera en el vestuario.
Se lo dije al alcalde y se lo digo a todos ustedes. Si hemos esperado 12 largos años a que nos construyeran una obra que, si hubiera algo de vergüenza torera nos la habrían terminado hace ya 10, me espero otros dos más, que es el tiempo que restaba para que el Convenio terminara y volver entonces a negociar. Pero firmar el tirarme a la piscina con los ojos vendados con tan solo la promesa de que está llena de agua, va a ser que no. No me fío un pelo de los políticos, pruebas para ello me han dado y muchas durante estos últimos y lamentables años de gestión tanto en la Comunidad Valenciana (lo estamos viendo ahora con Gürtel y muchos otros casos de corrupción), como en mi ciudad, Benidorm, donde estamos pagando y así seguiremos por muchos años, los múltiples chanchullos urbanísticos de algunos y la incapacidad manifiesta a la hora de gestionar de otros.
Con mi voto No. Me abstengo. No me fío. No quiero ser rehén de las palabras de un alcalde que no dudará en decir que si esta obra no se hizo fue por culpa de todos, porque fueron todos los que lo avalaron con su voto.
Es una copia de algo que también pasó en el último Pleno y que yo agradezco a Toni Pérez que reconociera que Leopoldo Bernabeu es el único de los 25 concejales que no ha cambiado ni una coma de su discurso con respecto a los vecinos afectado en la sub-zona C, tanto antes de las elecciones, como siendo ya concejal. No todo vale en política. Prefiero morir de pie que vivir siempre arrodillado. Dentro de 15 meses les vuelven ustedes a votar, a unos y a otros. No tenemos remedio.
Leopoldo Bernabeu