No nos equivoquemos con la limpieza de Benidorm
Leopoldo Bernabeu
Ha empezado el año y en Benidorm seguimos sin que se apruebe el necesario pliego de condiciones que provoque un concurso público que conduzca a tener una nueva adjudicataria para la recogida de las basuras y la limpieza viaria. No es culpa de nadie y a su vez, es culpa de todos. Lo que sí queda claro es que, mientras eso no suceda, los 120 trabajadores que FCC Medio Ambiente tiene en Benidorm, han de seguir cumpliendo con su trabajo en unas condiciones que, sin ser malas, ni mucho menos son las más deseables.
Sólo con un nuevo contrato será posible que muchas e imprescindibles actuaciones, algunas muy urgentes, se lleven a cabo, como por ejemplo, la inversión en nuevos equipos, nueva tecnificación e incluso, una nueva base logística que permita se implanten y apliquen las nuevas normativas en la eliminación y recogida selectiva. Y ojo que no son pocas esas nuevas normativas regionales, nacionales y europeas.
Pues bien, aunque ya empezamos a ver los primeros avances, hay que avisar que llegan algo tarde, de manera demasiado lenta y, lo más preocupante, no cumplen las expectativas. ¿A qué me refiero?, sencillo. El interés por adjudicarse este contrato por parte de las 5 compañías que han acudido a la llamada, hace que presenten propuestas que, para los entendidos, podrían rozar la baja temeraria, y eso es empezar mal. Las consecuencias a futuro las conocemos todos.
Desde hace meses hemos ido viendo como evolucionaban las noticias en este ámbito y si algo parecía estar claro es que el pliego saldría valorado entorno a los 22 millones de euros anuales. Pues bien, el boletín oficial que ha publicado el primer documento, habla de un importe anual que no llega a los 17. Si bien es cierto que supera en 5 el coste que ahora abona Benidorm cada año, no es menos cierto que esos 12 están absolutamente desfasados y son obsoletos para las necesidades reales de limpieza que tiene una ciudad como Benidorm, que en nada se parece a la población que adjudicó el actual contrato hace ahora la friolera de 29 años. Toca recordar que de los 17, sólo el 70% es para personal, por lo que no es necesario ser muy hábil para certificar que las cifras no cuadran.
Hagamos las cosas bien. La basura es una tasa. Comprendo a los políticos y entiendo a las empresas. Los primeros no quieren incrementar el recibo a los vecinos porque sino no les votarán… y los segundos quieren ganar el contrato a toda costa. Pero aquí los que nos jugamos el pan somos los vecinos y los trabajadores. Los primeros porque si la ciudad está sucia, el turismo no vendrá y pondremos en riesgo la estabilidad de nuestro futuro. Y los segundos porque si la empresa, que está para ganar dinero, cobra poco, no podrá pagar bien a sus trabajadores, lo que al final redundará en huelgas… y ya sabemos lo que pasa cuando esto sucede, sobre todo en cuanto a imagen reputacional. Y Benidorm vive de su imagen.
Hagan las cosas bien, estamos a tiempo.