Mascarillas y distancia, por favor

Esmeralda Marugán

Me da gran satisfacción descubrir lo rodeada que estoy de deportistas. Y aún más comprobar que las bicicletas también son para primavera. Es sin duda muy saludable correr, pasear y tomar de nuevo las aceras. Me gustaría, eso sí, recordar a todos aquellos de la vida sana, la importancia de hacerla saludable también para "los otros". No soy Amenábar,  pero de seguir las romerías sin los mínimos de distancia entre  unos y otros, y  fundamentalmente si continuamos sin utilizar  "mascarilla" o  llevándola  mal puesta, además de repetir la fase 0, viviremos embarazosamente unos, y peligrosamente todos. 

No justifico los errores de ningún gobierno, pero sinceramente creo que algunos viven del "cuánto peor, mejor". 

No estoy capacitada para ser ministra de sanidad, y aunque a mí me hubiera gustado que lo fuera Mar Benavent, neurocientífica y activista  feminista, con todo el conocimiento y la formación para serlo, en una situación única como ésta, resulta inadmisible el linchamiento que se ha hecho, y la utilización de los muertos. 

Es obvio que las responsabilidades son de arriba a abajo, pero si no podemos actuar en la azotea, cuando salgamos a la calle, por favor, tengamos un  mínimo de sentido común. 

Pueden lucir sus  músculos atléticos sin que afecte a la vida de quienes sí nos hemos preocupado de encontrar las mascarillas y mantenemos el distanciamiento.

"Mi papá" no es el Estado. Bastante me mosquean algunas incoherencias del sistema con los de ahora, y con los de antes, porque siguen mis prioridades sin ser las prioritarias. No soy Rousseau, y asumo que vivo con los otros, aunque a las 20h de estos últimos días me convierto en Sartre, y de verdad que no es mi deseo. 

La soledad no es mi amiga. Sole  es mi madre, y necesito, posiblemente más de lo saludable, a los otros. Mi adicción se llama amor, y en ocasiones ha sido amor perro.

Sería genial  olernos y lamernos como ellos, pero de momento, respetemos el espacio propio y el ajeno, porque siguen los contagios y los muertos.