Los marcadores de territorio.
Muchas especies animales tienen la costumbre arraigada en su instinto de marcar su territorio con sus deposiciones. La finalidad es evidente, avisar a otros competidores de que ese espacio es suyo y de que, por tanto, no son bienvenidos. Pues bien, parece que hay algunos políticos que son incapaces de sustraerse a ese instinto atávico y en cuanto son objeto de atención de los focos y de los micrófonos intentan marcar su territorio esparciendo declaraciones que son auténticas deposiciones. Mal ha empezado el amigo Esteban González Pons, diputado del PP en el Parlamento Europeo y presidente del comité organizador del PP, porque una de las primeras cosas que ha hecho ha sido intentar marcar territorio y lo ha hecho ocupándose en calificar a Vox como partido de extrema derecha. Tal cual. No es que haya marcado su territorio, el territorio del PP, proclamando lo que es y representa el Partido Popular, sus principios y propuestas, sino lo que es peor, lo ha hecho asumiendo, sin ningún tipo de rigor intelectual y de análisis, los tópicos de la progresía, lo que evidentemente no desvela nada bueno sobre la capacidad intelectual del susodicho, ni aporta nada interesante a su labor como presidente del comité organizador del próximo congreso de los populares. Quizás podría haber calificado de paso a Podemos como lo que es, extrema izquierda, pero ni aún así se entiende el objetivo de este señalamiento. ¿Piensa el Sr. González Pons que los ciudadanos no sabemos lo que la izquierda nos repite machaconamente sobre Vox?
Porque, una vez más, se olvida algo fundamental y es que los votantes de Vox lo eran antes del Partido Popular y, digo yo, que algo harían mal en el PP para que más de 4 millones de electores les dieran la espalda. Y cabe poca duda de que esos exvotantes del PP no se sienten de ultraderecha, ni sienten que el partido al que ahora votan, Vox, lo sea. La inmensa mayoría se siente demócrata, defiende la Constitución de 1978 y los valores constitucionales, pero también es verdad que la inmensa mayoría ya no se siente representada por el Partido Popular porque o bien les ha traicionado en cuestiones ideológicas o bien porque se ha plegado a lo políticamente correcto. Y si es así ¿a qué esperan los dirigentes populares para hacer una profunda autocrítica y a enmendar los errores que les han llevado a esta situación? ¿por qué no perfilan de una vez un mensaje claro, nítido y sinceramente comprometido con los valores que siempre han dicho defender?
No estamos ante el crepúsculo de las ideologías, sino ante su sustitución por otras fachadas de las mismas. La izquierda actual, revestida con nuevas banderas está logrando imponer una nueva visión social, utiliza todos los recursos públicos disponibles para ir penetrando poco a poco en todos los niveles sociales para imponer su visión y proyecto social que siempre empieza y termina por cercenar las libertades. Y parece mentira que mientras tanto la derecha liberal no se atreva a levantar sus banderas ideológicas y se dedique a hacer el ridículo una vez tras otra. Así nos va.
Fdo. Santiago de Munck Loyola