Víctor Hernández: “Nuestra urbanización privada es un foco de delincuencia y dejación de funciones”
La urbanización clama ayuda urgente desde hace un cuarto de siglo. Nunca se le ha hecho caso del todo, su situación es tan singular como rocambolesca. Es privada, como cualquier otra, pero está partida por una carretera pública, que además conduce hasta un Museo que atrae a decenas de miles de personas cada mes. Esa circulación sin regular y saltándose señales de privacidad conduce a todo lo demás, despropósitos sin fin que cuestan miles de euros y decenas de disgustos a varios centenares de vecinos que han decidido decir basta y volver a denunciar, por enésima vez, con el fin de ver quien alza la mano para poner solución a un problema que nos retrotrae al siglo pasado.