Sánchez lamina a Ábalos y maniobra para controlar más el PSOE

En el PSOE apuntan que la dimisión de José Luis Ábalos al frente de la Secretaría de Organización del partido, al igual que su salida del ministerio de Transportes, en la que no ha mencionado al presidente del Gobierno, ha sido por decisión propia. Aunque no se opina igual desde el entorno del ya exministro, algunas fuentes apuntan, incluso, a que el propio presidente, Pedro Sánchez, le consultó los cambios para la remodelación del Ejecutivo sin contarle que él sería uno de los relevados.

Sí ha trascendido, en conversación informal con periodistas, que Ábalos había avisado ya a Sánchez de que necesitaba “una vida más tranquila”, de hecho, en el traspaso de la cartera del Ministerio de Transportes a sus sucesora le advertía de que en este cargo “uno es la cabeza a la que golpear” y apuntaba, en tono triste, que "solo" le queda eso, "orgullo de haber pertenecido al Gobierno de España, no de un Gobierno, del servicio a España". Se ha visto después que también se refería al cargo como secretario de organización en el partido. Ha explicado que sus planes se limitan a mantener su escaño como diputado en el Congreso porque, como se dice en su entorno, "si el presidente ha perdido la confianza en él como ministro, la ha perdido para todo".

José Luis Ábalos ha renunciado este lunes al cargo de secretario de Organización del PSOE en una carta dirigida tanto al líder del partido y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como a la Comisión Ejecutiva Federal. En la misiva, destaca la lealtad y el sentido del deber que durante cuatro años ha venido realizando dentro del partido y ha definido su marcha como una decisión "madurada y necesaria desde el punto de vista personal y familiar".

Confirmada o no la traición, la realidad es que el presidente del Gobierno, que también es el secretario general del PSOE, dejará el partido en manos de su actual vicesecretaria general y líder del Grupo Parlamentario, Adriana Lastra, y del actual coordinador territorial de la CEF-PSOE, Santos Cerdán, mano derecha de Ábalos, y que será finalmente el que asuma las labores de secretario de Organización.

Cerdán, que ejerce también de coordinador de comunicación entre el PSOE y el Gobierno, y Lastra, número 2 desde que Sánchez es el líder de la formación, tomarán las riendas del partido hasta el 40 Congreso Federal, que se celebrará del 15 al 17 de octubre en Valencia y en el que se espera también una amplia renovación en la cúpula socialista.

En el fondo de todo, con la remodelación en el Gobierno y con la toma de posiciones estratégicas en el PSOE, el objetivo son las elecciones autonómicas que se celebrarán en 2023 cuando peor pintan las encuestas para los socialistas gracias al ascenso de su principal rival en la oposición, el PP.

Hay que recordar que Ábalos, junto a la exvicepresidenta primera, Carmen Calvo, y el exjefe de gabinete de Sánchez, Iván Redondo, formaban el núcleo duro del Gobierno, son los que más desencuentros han tenido con los ministros de la cuota de Unidas Podemos en la coalición y todos, por distintas razones como el Delcygate, el rescate de Plus Ultra, la Ley Trans o el fracaso en el diseño de campañas electorales autonómicas, como la de Madrid más recientemente, han sufrido un desgaste muy notable en los últimos meses.

Contra las voces críticas

Pero, además, el resultado que se busca con todos estos movimientos, más o menos estratégicos, más o menos esperados, es también que Sánchez quiere más PSOE en Moncloa (la salida de Iván Redondo, que no es del partido, lo evidencia) y, al tiempo, más control del PSOE y las voces críticas que, cada vez con más frecuencia, se alzan desde territorios como Castilla-La Mancha con Emiliano García-Page o Aragón con Javier Lambán.

No parece casual la elección de la ya exalcaldesa de Puertollano Isabel Rodríguez como nueva ministra de Política Territorial y portavoz del Ejecutivo y de la exconsejera del Gobierno aragonés Pilar Alegría como nueva ministra de Educación y Formación Profesional. En ambos casos, los partidos regionales tienen claro que la intención final es colocar afines a Sánchez como futuros relevos a las “voces críticas”.

Al respecto, en Ferraz ya han mostrado su satisfacción porque el nuevo Gobierno es un Ejecutivo de “partido” que mira a la recuperación del partido. "El partido queda más unido que nunca", han dicho para añadir que con el nombramiento de Óscar López (hombre de partido, perfecto conocedor del PSOE que ya fuera secretario de Organización en la época de Alfredo Pérez Rubalcaba) la comunicación con el Ejecutivo será más fácil que con Iván Redondo.