Rehén del no te “equiwokes”
Leopoldo Bernabeu
Como no creo que ningún español sea inmune a sentir la mezcla de rabia y pena que nos sacude por dentro cada vez que por televisión vemos como llegan a nuestras costas esos seres humanos que se juegan la vida, con tal de alcanzar el primer peldaño de ese sueño que les conduzca hacia un futuro mejor al que todos tenemos derecho, se me hace muy complejo acercarme a descifrar que demonios sucede en la mente de la clase política que tenemos en nuestro país, y que nos avergüenza más cada día un poco más. La conclusión resulta obvia, tienen detritus, los unos y los otros. Los que gobiernan por mostrarse como verdaderos psicópatas suicidas ante este drama, y la oposición por ser estériles e incapaces para encontrar alternativas que solucionen el caos.
Hasta ahí, por desgracia y por costumbre, todo en el lugar previsto. El dilema viene a continuación. La insoportable falta de soluciones políticas conduce a la polarización más absoluta entre los ciudadanos, divididos entre piadosos que abogan por el buenismo de que sean todos bienvenidos, distribuidos y acogidos, pero nunca en su propia casa y todo lo más lejos posible de sus pueblos, y los fachas, reducto de señalados por pedir que la solución pasa por frenar en seco a las mafias que trafican desde el origen perfectamente organizadas y que, sin el apoyo de sus gobiernos, no podrían llevar esas corruptelas adelante, algo que todos sospechamos, ¿verdad?
63.970 inmigrantes han llegado a España en 2024, de los que 48.802 lo han hecho a través de Canarias. Y lo que es mucho más dramático, 9.757 se han dejado la vida en el mar. ¿Se imagina la situación de esas islas tan españolas como su zona de residencia?, ¿se ha planteado que pasaría si a su pueblo llegaran tantos inmigrantes como vecinos lo componen?... porque esa es la situación actual de la isla de Hierro…
Ante un panorama tan apocalíptico, tenemos que cuidar el lenguaje que utilizamos pues de lo contrario, esa tentacular ideología woke: movimiento conocido por su fanatismo, convencido como está de tener el monopolio de la verdad, de la justicia y del bien; o los defensores de la agenda 2030, marco que traza el camino de la verdad para lograr la respuesta a grandes desafíos como la pobreza, el hambre, la corrupción o el cambio climático, como si al resto no nos preocupase, se te echan encima como lobos. Fanatismo, incultura y cinismo, abundan a partes iguales.
¿De que nivel tiene que ser la desesperación de unos padres que ponen a su hijo a bordo de un cayuco sabiendo que es muy posible que muera ahogado? Son niños que huyen de zonas lamentables y que afrontan traumas infinitos que necesitarán atención personalizada durante años, costando muchos fondos públicos para un país que ya tiene grandes problemas estructurales, con cientos de miles de jóvenes que no pueden abandonar su hogar por falta de trabajo o por el precio de la vivienda.
¿De verdad que la única solución es seguir repartiendo por España a todos cuantos lleguen, sin más opciones? Eso no es más que una invitación permanente a que sigan jugándose la vida por venir, haciendo ricas a las mafias y dejándonos a los españoles con la pregunta de siempre, ¿para que sirven los pomposos viajes de nuestro número uno a países como Mauritania, Gambia, Senegal o Marruecos? ¿lo sabemos verdad? Desde su última expedición, la llegada de inmigrantes a Canarias se ha multiplicado por tres. Algo normal, a este psicópata no se le ocurrió otra burrada que decir que traeríamos 250.000 más por año para formarlos aquí.