Qué productos se pueden comprar con antelación para la cena de Navidad

Uno de los gastos importantes que tienen que afrontar los hogares en Navidad son las comidas familiares. El menú de Nochebuena, Fin de Año, Reyes y demás reuniones durante las fiestas decembrinas, pueden verse afectados por el alza de precios de los alimentos. 

Estas comidas tienen un significado muy especial al reunirse los seres más queridos, por lo que se intenta escatimar poco en los gastos para poner los mejores productos sobre la mesa. A fin y al cabo, es una vez al año. 

No obstante, suele suceder que los días previos a las celebraciones navideñas, los productos estrella del menú se encarezcan más de lo habitual. Por ello, es bueno ser precavido y organizar el menú unas semanas antes y comprar los manjares de la cena de Navidad con antelación para ahorrar un poco de dinero.

Pescados, mariscos, carnes, ibéricos o ahumados: los típicos que duplican el precio

Lo más recomendable es que compres los pescados, los mariscos, las carnes, los ibéricos o los ahumados ahora y realices una adecuada congelación. Los expertos aconsejan envolver en papel film los pescados para evitar que se vean afectados por el frío o se contagien de olores. También puedes optar por una envasadora al vacío doméstica.

En el caso de los demás productos del mar como langostinos, gambas, cigalas o carabineros, tienen una alta demanda esta temporada, por lo que los precios son desorbitados los días previos a las fiestas. 

Si compras estos productos frescos, la mejor forma de conservarlos, según Jesús Labrador, propietario y chef del grupo de restauración Bebola, es:

Guardar el marisco en tápers alargados para que no se amontonen unas piezas sobre otras.

Cubrirlos con agua mineral.  

Poner una rodaja de limón. 

Cerrar el tupper lo más hermético posible y congelar.

Debes dejarlos en agua hasta el momento de cocinarlos.

Asimismo, no se recomienda realizar el proceso de descongelación a temperatura ambiente, sino que es preferible hacerla en la nevera los días previos a su consumo, para asegurar que los productos no pierdan textura ni calidad.

Por lo que respecta las carnes como el solomillo, cordero, cochinillo, pulardas y pavo, se pueden congelar igual que el pescado hasta el día de su consumo. Los ibéricos y ahumados se pueden “cortar en lochas y envasar al vacío, que hace que el producto se mantenga óptimo hasta la fecha de consumo”.