«No dimitiré». Núria Marin resiste el primer envite tras su inclusión como investigada en la causa sobre la presunta malversación en el Consejo Deportivo de su ciudad. Alcaldesa de l’Hospitalet de Llobregat y presidenta de la Diputación de Barcelona, Núria Marin es una de las figuras más relevantes del PSC, partido que preside. Personifica el principal bastión de los socialistas en Cataluña, el ayuntamiento de la segunda ciudad por número de población, que el PSC ha gobernado desde el inicio de la democracia. Es uno de los pilares de la ejecutiva de Miquel Iceta y su nombre sonó como posible ministra, hasta que Pedro Sánchez optó por el secretario de Organización del partido, Salvador Illa.
Su discurso claro y combativo durante el proceso independentista, especialmente en la jornada del referéndum ilegal del 1-O, la catapultó mucho más allá de los limites de su municipio. Por eso su imputación como investigada dentro de un caso de presunta corrupción en el Consell Esportiu de l’Hospitalet (CELH) su municipio es un duro golpe para el PSC a las puertas de las elecciones.
Esquerra aprovecha el filón
Tanto el PSC como el PSOE se apresuraron a ratificar su plena confianza en la dirigente socialista. Pero a Esquerra, favorita de las encuestas en las próximas elecciones autonómicas, no tardó en reclamar la dimisión de Marin. Y, sobre todo, exigir a JxCat que rompa el pacto con los socialistas en la Diputación que dio la presidencia a la alcaldesa socialista.
«Cada cual es libre de tomar sus decisiones, pero yo intento escuchar antes de tomarlas» respondió Marin a las peticiones de dimisión lanzadas por los republicanos. La alcaldesa defiende la presunción de inocencia, tanto la suya como la de los dos regidores que aparecen como cabecillas de la trama corrupta. Y asegura que responderá a todos los requerimientos de la justicia.