Los epidemiólogos ven "insuficiente" el hito del 70% de vacunados en España: "Lo peor es la sensación de falsa seguridad"

En las próximas horas España alcanzará previsiblemente el 70% de la población con la pauta completa. Llegamos al fin a la cifra mágica, la que creímos que nos daría la inmunidad de rebaño soñada, la que permitiría acabar con la pandemia. Lo habíamos escuchado tantas veces, a los dirigentes políticos y al inicio también a los expertos, que las expectativas eran altas. 

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Pues bien, alcanzado el hito, la pregunta obligada es: Y ahora, ¿qué?. La respuesta que dan a NIUS los especialistas no es muy tranquilizadora. "Ahora nada o casi nada, porque ese 70% es insuficiente", reconoce Marcos López Hoyos, presidente de la Sociedad Española de Inmunología. "Es una cifra totalmente ilusoria, que no nos va a dar la inmunidad de grupo", apostilla Daniel López Acuña, epidemiólogo y ex directivo de la Organización Mundial de la Salud.

Proponen ambos que nos olvidemos del concepto de inmunidad de rebaño para esta enfermedad. "Al principio se utilizó porque no sabíamos mucho del virus, pero comprobado cómo se comporta ya no tiene sentido", apuntan. "Con un virus como el SARS-CoV-2, que tiene múltiples variantes, en donde la duración de la inmunidad no está clara y en donde las vacunas desarrolladas no son esterilizantes -no impiden la infección y el contagio, sino que solo protegen de la gravedad y el riesgo de muerte- no es posible alcanzar una inmunidad de grupo con el 70%", afirma López Acuña.

El concepto de inmunidad de grupo tiene sentido cuando se puede considerar que un país tiene la proporción suficiente de personas vacunadas contra la enfermedad para no tener que preocuparse de una nueva ola de contagios. Dependiendo de la capacidad de propagación del virus en cuestión, se necesita más o menos población inmunizada. Por ese motivo, a la vista de cómo se están comportando las nuevas variantes, sobre todo la Delta y la peligrosa sudafricana, es necesario que haya más personas vacunadas para poder volver a la "normalidad".

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Será necesaria un 90% o 100% de población vacunada

El virus no ha desaparecido, sigue circulando con gran intensidad. Diversos estudios científicos apuntan a que las nuevas variantes, las hoy dominantes, son más contagiosas y reducen la eficacia de las vacunas. La relajación de las medidas en verano, sobre todo entre adolescentes y jóvenes, ha hecho aumentar la tasa de incidencia y por ende la presión asistencial y el número de fallecidos.

"Que las vacunas no sean esterilizantes es un problema, porque nunca vamos a eliminar el virus y la gente vacunada se va a seguir infectando", dice López Hoyos. "El hecho de que haya gente ingresada que esté vacunada no significa que la vacuna esté fallando, ni mucho menos. Con la incidencia que hemos tenido, con la circulación del virus que hemos tenido este verano, tendríamos que haber estado con los datos de marzo del año pasado y no ha sido así gracias a las vacunas", explica. 

"La vacuna es una herramienta que tenemos para protegernos. Pero hay que hacer extensiva su administración a un mayor número de personas". "Muy probablemente tengamos que pensar que hay que vacunar al 90% o 100% de la población para lograr la protección individual, sin que esa aplicación nos vaya a generar una inmunidad grupal", sugiere López Acuña.

"El problema es que quedan más de diez millones de españoles sin vacunar", alertan los expertos. "Ya sea por resistencia a la vacuna o porque no pertenecen a los grupos de edad que han sido cubiertos, pero son muchos todavía. Es necesario protegerles cuanto antes". "Es urgente terminar la vacuna completa a los jóvenes entre 12 y 19, porque tienen un porcentaje alto de contagios. Los menores de 12 no parecen ser un problema a días de hoy", señalan.

El "error" de relajar las medidas en los colegios

"Mientras que no haya una vacuna que evite el contagio lo único que nos sigue protegiendo es la mascarilla, la distancia física, las no aglomeraciones y relajar esto es un absoluto error", alerta el ex directivo de la OMS. "Hemos incurrido en demasiada relajación y permisividad en cuanto a las medidas no farmacológicas, se han relajado las restricciones, disminuido nuestras conductas de protección e incurrido en conductas de riesgo como son botellones, fiestas, aglomeraciones..."

"Ahora la vuelta al cole también me preocupa", asegura Acuña. "Considero que no ha sido una decisión acertada el volver al número prepandemia en términos de ratio y reducir la distancia física. Deberían haberse mantenido las mismas restricciones y medidas de prevención que se tomaron en septiembre del año pasado al inicio de curso escolar, por la sencilla razón de que ahora es mayor la incidencia que tenemos tanto en el grupo de 12 a 19 años, donde está disparada y donde la vacunación es aún muy baja, como en el grupo de menores de 12 años, con una incidencia mayor que la media nacional".

"Lo peor que nos puede pasar es que nos relajemos demasiado con las medidas en las escuelas, porque eso nos puede llevar a que aparezcan brotes y tengamos que interrumpir la presencialidad en algunos casos o aislar a un notable número de escolares. Yo creo que lo más importante sería mantener las medidas como se tenían a principios del ciclo escolar pasado", destaca Acuña.

La tercera dosis

"Estamos valorándolo para determinados grupos de población, personas con patologías específicas o para algunas franjas de edad", explica López Hoyos. "Pero no es algo que se vaya a hacer extensible a toda la población en general. Aún estamos recopilando evidencias de los beneficios de una tercera dosis porque no están tan claros. Cuando las juntemos decidiremos a quién ponérsela. Y es factible que se administre a algún grupo, pero no a la población general, ni mucho menos. Es más importante que alcancemos un mínimo de un 90% de gente con la pauta completa antes que plantearnos esa tercera dosis", defiende el presidente de la Sociedad Española de Inmunología. 

"Antes de vacunar con tercera dosis en países ricos hay que canalizar las vacunas a los países en desarrollo que apenas tienen un 5% de su población vacunada, tal y como ha pedido la OMS", defiende el epidemiólogo López Acuña.

Y ahora qué

"Lo peor que podemos hacer es dar una sensación de falsa seguridad porque la vacuna alcanzó ya el 70% de la población. No, la gente que fue vacunada está protegida de severidad y muerte, pero no del contagio", indica Acuña. "No se ha logrado la supuesta inmunidad de grupo, aún queda mucho para conseguirla".

"Ahora lo que toca es seguir vacunando y evaluando en qué situaciones podríamos usar una tercera dosis, que además no tenemos claro si esa tercera dosis debe ser con la misma vacuna o con una distinta, realizando así una vacunación heteróloga", sugiere López Hoyos. 

Respecto a las restricciones y medidas de prevención los dos expertos están de acuerdo. "Debemos seguir igual. Porque solo eso ha demostrado que controla los focos. Debemos seguir evitando los ambientes con mucha gente, con aglomeraciones, usar las mascarillas en interiores y en exteriores si no hay distancia de seguridad, ventilación, higiene...porque es lo único que ha servido para evitar la infección".

No olvidemos que los vacunados pueden seguir contagiándose y contagiando. "Lo que pretendemos con la vacunación es tener una respuesta inmunitaria tan potente que los afectados no se enteren de la enfermedad, o que los síntomas sean muy leves. Por ahora es lo único que podemos hacer".

"Se están estudiando otros modelos de vacunas que probablemente salgan en un futuro no muy lejano que igual tienen capacidad esterilizante, que eviten el contagio, pero a día de hoy no los tenemos", sentencian.