La desconocida leyenda detrás de la isla de Benidorm
Todo aquel que visita Benidorm es imposible que no se pregunte la historia que hay detrás de su isla. Este islote de 400 metros cuadrados, deshabitado y situado a dos millas de la costa, se ha convertido en todo un icono que despierta la curiosidad de los turistas que recorren la ciudad en verano
No solo hay una leyenda en torno a este lugar, sino que esconde muchas historias sobre su origen y sobre quién la ha habitado a lo largo del tiempo. Brujos, gigantes… pero en la actualidad no viven ni los trabajadores del único restaurante que hay establecido y que recibe a diario a los turistas que llegan desde la península a pasar el día porque tampoco hay hoteles o viviendas.
Este enclave, de gran valor natural forma parte del Parque Natural de la Sierra Helada. En él habitan gaviotas, aves marinas o incluso halcones peregrinos. Pero, es famoso por los amantes del submarinismo por su entorno marino. Muy cerca, a unos 300 metros, se encuentra el Bajo de la Llosa, uno de los puntos de inmersión más famosos de la Costa Blanca en el que se pueden ver pulpos, dentones, pez limón o morenas, entre otros.
La leyenda del gigante
Probablemente sea la más famosa por breve. Cuentan que a poca distancia de Benidorm, en el Puig Campana, la segunda montaña más elevada de la provincia de Alicante, con 1.406 metros de altura, por detrás de la Sierra Aitana, habitaba un gigante llamado Roldán que se enamoró de una joven del pueblo de Finestrat.
Un día la chica cayó enferma y un hechicero decía que iba a morir con el último rayo de sol. Por lo que Roldán, entre el enfado y la desesperación, arrancó un trozo del Puig Campana para que iluminase un poco más de tiempo a su amada. La leyenda cuenta que ese trozo que le falta a la montaña es lo que se conoce hoy como la isla de Benidorm.
Existen muchas más versiones de este cuento, incluso con raíces históricas. Como la historia que cuenta que otro Roldán, pero esta vez, un comandante del ejército de Carlomagno, se vio envuelto en una lucha a espada contra el jefe del ejército moro y el duelo terminó en la cima del Puig Campana. Durante la pelea, Roldán levantó su espada para dar el último golpe a su enemigo pero falló, y golpeó con tanta fuerza que cortó un trozo de la montaña, que dio lugar al islote. Además, también se cuenta que fue una coz del caballo de Jaime I el que arrancó el trozo de Puig Campana.
Sin embargo, la geología explica que el origen de esta isla es otro. El historiador Francisco Amillo Alegre, ya detalló que la montaña está formada por calizas del período Jurásico Superior, es decir, que tiene entre 135 y 130 millones de años de antigüedad. También está formada por rocas del Cretácico Inferior, del período Aptiense, formadas entre los 125 y 112 millones de años. Por tanto, las leyendas y estas evidencias científicas no son correlativas.
Entre los distintos usos que ha tenido la isla de Benidorm, uno de los más documentados y conocidos fue en 1834, que sirvió como refugio para familias de Benidorm y Villajoyosa, cuando sufrieron las consecuencias de una epidemia de cólera.
Sin duda, la isla de Benidorm formar parte del imaginario colectivo al pensar en el «Manhattan del Mediterráneo», como sus edificios, que son la seña de identidad de miles de postales e imanes que adornan las tiendas de souvenirs y las neveras de todos aquellos turistas que se han dejado caer por allí.