La Cala de Finestrat: un paraíso junto a Benidorm
La Cala de Finestrat
A sólo tres kilómetros de la bulliciosa y vivaz Benidorm, La Cala de Finestrat ofrece rincones de paz y sosiego y un estilo de vida más relajado. Es ideal para familias o personas que buscan vivir o visitar un lugar sencillo sin renunciar a la cercanía de servicios como restaurantes, cafeterías y todo tipo de comercios. Además, se puede llegar a Benidorm muy fácilmente en coche, autobús o taxi.
Sigue leyendo para descubrir lo que más nos gusta de La Cala de Finestrat:
Playa de La Cala de Finestrat
Las playas de Benidorm son conocidas por su ambiente y su animación. Por eso, la playa de La Cala de Finestrat es mucho más tranquila. Destacando por su limpieza y su arena dorada tan típica de la Costa Blanca, la playa de La Cala de Finestrat es perfecta para todos los públicos gracias a sus aguas tranquilas que ofrecen un baño muy seguro. También está prohibido fumar o vapear -¡es una de las primeras playas libres de humo de la Comunidad Valenciana!-, lo que le da puntos extra para pasar un rato agradable y sano.
Además, es muy valorada por amantes del esnórquel y el buceo. Su fondo marino es muy rico y variado y asegura un espectáculo de peces llamativos, corales e incluso cuevas submarinas.
También hay restaurantes y cafeterías a lo largo del paseo marítimo. ¿Qué mejor plan que disfrutar de un atardecer de verano dándote un baño y tomándote algo mirando al mar? En los meses estivales está más concurrida, pero después se convierte en una playa muy íntima.
Tossal y Mirador de la Cala
Situado en el cerro entre Benidorm y La Cala de Finestrat, el Tossal de La Cala es un yacimiento arqueológico del siglo I a.C. que, según las investigaciones, fue un asentamiento romano ocupado por los ejércitos de Quinto Sertorio, quien mandó construir un fortín como parte de su plan de protección de la costa alicantina. En los últimos años se han realizado importantes trabajos de conservación y ahora se puede visitar como si fuera un museo al aire libre, también con visitas guiadas.
Y, para redondear la visita, no te pierdas el mirador de la Cala, en la parte más alta del cerro del Tossal. Construido en los años 60, ofrece unas vistas panorámicas estupendas de toda la bahía, y las siluetas de los edificios recortadas en el cielo, con la montaña a las espaldas y mirando al Mediterráneo, dejan sin respiración. Así que, aunque no te interese la arqueología, te recomendamos que visites el Tossal para unas fotos increíbles.
Ermita de la Virgen del Mar
Y subiendo al mirador del Tossal está la ermita de la Virgen del Mar. Un enclave sencillo pero muy especial que acoge una imagen de la llamada Virgen del Mar con el Niño Jesús en brazos. Una imagen que, según los creyentes, protege a los marineros de la zona mientras están faenando en alta mar.
Naturaleza y rutas
La Cala de Finestrat no es sólo mar y actividades náuticas. También cuenta con un entorno natural envidiable que destaca por las vistas que regala desde lo alto de acantilados y riscos. Hay multitud de rutas de trekking y paseos naturales que puedes hacer, empezando por el Parque Natural de la Serra Gelada y su exuberante vegetación típica del Mediterráneo.
Los más atrevidos (y expertos) pueden disfrutar de la ruta senderista del Puig Campana, que empieza en el pueblo de Finestrat y llega a los 1408 metros de altitud. Se trata de una ruta difícil, así que si no estás acostumbrado, es mejor que optes por cualquiera de tantas otras que te permiten admirar el paisaje con tranquilidad, como la que lleva al cruce de caminos del Coll del Pouet o la que acaba en la Torre del Aguiló, en Villajoyosa. ¡Tienes para elegir!
Finestrat pueblo
Si eres un enamorado de los pueblos pequeños y los ambientes tradicionales y relajados, no te puedes perder el pueblo de Finestrat. Enclavado entre la montaña y el mar, las vistas son impresionantes mires hacia donde mires. A un lado, el imponente pico del Puig Campana coronándolo todo. Al otro, el azul del Mediterráneo.
En el pueblo de Finestrat, todo es auténtico y genuino y conserva el encanto de tiempos pasados, ya que no recibe la visita de demasiados turistas. Su casco antiguo, que fue construido sobre los cimientos de un castillo árabe, es una sucesión de casitas, balcones floreados, calles estrechas y comercios de toda la vida donde comprar productos locales.
No te pierdas la antigua escuela del pueblo y monumentos que hablan de una rica herencia cultural, como el Castell de Finestrat del siglo XIII, la iglesia de San Bartolomé del siglo XVIII, la torre vigía y la Ermita Crist de Remei. Además, gracias a su cercanía a la playa y a Benidorm, no se trata de un pueblo inaccesible y cerrado, sino todo lo contrario. Bares, restaurantes, cafeterías y todo tipo de servicios están disponibles todo el año, y la vida continúa más allá de los meses de verano.