Jaume Benaloy en el día de la Vírgen del Sufragio

Hoy, en Barcelona, corrí mi primera maratón. Gracias a Dios y a la Virgen del Sufragio, en el día que conmemoramos el 285 aniversario de su llegada a Benidorm. Sé que me acompañaron desde el inicio hasta el final. No en vano, pude rezar los misterios gozosos del Rosario a partir del km 10 y los misterios dolorosos a partir del km 30, justo cuando las fuerzas iban menguando y los dolores en los gemelos comenzaron a aparecer.
Tras las lluvias de los días precedentes, hoy salió una mañana despejada, a ratos soleada, pero muy fría, lo que ayudó bastante a los 27.000 inscritos en esta edición. Una auténtica fiesta del deporte popular y muy bien cuidada por los organizadores en todos los detalles (hidratación y avituallamiento, señalización, puntualidad, guardarropas, bandas de animación, WC y Cruz Roja durante todo el recorrido...). Y la gente volcada en las calles, todo el tiempo animando a conocidos y desconocidos.
Han sido 42 km inolvidables por las calles de Barcelona, disfrutando de tan bella y monumental ciudad. Especial fue el paso por la Sagrada Familia en el km 14 o la plaza de Colón en el km 24. Espectacular fue también la salida desde la Plaza de Catalunya escuchando en vivo el icónico himno de Barcelona 92, compuesto por Freddy Mercury. Pero, sin duda, lo más emocionante fue la llegada a la meta pasando por el Arco del Triunfo. Las lágrimas fueron inevitables porque era un sueño que tenía pendiente y hoy se pudo hacer realidad.
No ha sido una carrera fácil ni improvisada. Me he tenido que preparar durante muchos meses, madrugar, aprender de los que ya tienen experiencia, renunciar a muchas cosas, pero, por fin, se pudo lograr y el running se ha convertido en hábito que me hace mucho bien.
A la tercera fue la vencida: en Ibiza 2024, agotadas las inscripciones, solo pude hacer la media maratón y, en Huanchaco (Perú), no pude participar por problemas de salud durante uno de los entrenamientos. Pero la perseverancia y la disciplina son las llaves que abren todas las puertas y lograr los sueños. Si lo crees, lo creas. Nada hay imposible para quien tiene fe.
Quiero agradecer a mis amigos de Runners Gym y, especialmente, a Gisela Benites, mi madrina de RG, por haberme inyectado este virus del running y haberme acompañado a lograr este sueño. Sin ustedes, sencillamente no hubiese sido posible. Solos nos desmotivamos pronto, pero juntos aprendemos unos de otros y nos animamos frente a las adversidades y contratiempos. Hoy corrieron conmigo! Cuando las fuerzas comenzaron a fallar, recordé sus mensajes de ánimo y gritaba nuestro lema: "Somos fuertes, somos Runners Gym", y así retomaba el ritmo que me había propuesto para esta mi primera maratón.
Por cierto, según quedó marcado en la medalla, completé los 42 km en 4 horas, 6 minutos y 58 segundos, esto es, un ritmo de 5.44 minutos por km. Para ser un aficionado, es para mí un gran logro, no solo haberla concluido, sino hacerlo a ese ritmo. En próximas carreras, Dios mediante, trataremos de aprender de los errores y mejorarlo.
A todos los animo a ponerse en forma, cuidando su cuerpo y su espíritu, porque no solo corren las piernas. Corramos juntos la Carrera de la Vida, fijos los ojos en nuestro Señor y animados por su Espíritu.