Guerreros tribales para acompañar al Rey Moro Eugenio Gómez Aperador a la conquista de Villajoyosa

Fuerza, espiritualidad y unidad con un toque de misticismo y respeto a las tradiciones tribales. Así ha sido el boato del Rey Moro, Eugenio Gómez Aperador, de la compañía Negres, que ha cerrado el Desfile Moro de las Fiestas de Moros y Cristianos de Villajoyosa. El boato fue una secuencia de intensidad, tradición y simbología que trasladó a los asistentes a los ritmos africanos y que ha mostrado cómo se preparan las huestes sarracenas para la batalla y la conquista de la villa.

 

El abanderado de la compañía Negres, Pedro Alarcón Fornier, encabezaba el desfile con la bandera de orígenes ancestrales y la representación de todas las tribus que acompañarán al Rey moro a la victoria convertidas en máscaras tribales. Serán los símbolos que guíen a los guerreros con el sonido de fondo de los tambores.


Un grupo de niñas y niños bailaban al ritmo de las canciones ancestrales. La danza simboliza la esperanza y la preparación de los jóvenes para convertirse en guerreros, manteniendo viva la esencia de su cultura. El Árbol de la Vida apareció en escena para continuar con la representación y como símbolo que conecta a los antepasados con el futuro.

 

Durante el desfile, los ballets eran danzas africanas con coreografías potentes que representan el espíritu de las tribus. Curanderos que con sus hierbas y conocimientos ancestrales preparaban ungüentos y pociones para los guerreros tras la batalla y jóvenes que representan el espíritu de esa tribu completaban la primera parte del relato. El boato continuó con guerreros con armas poderosas y los caballos imponentes guiaron el desfile con fuerza y belleza.

 

Llegó el turno entonces de las fortalezas y la arquitectura defensiva, como las torres, que protegen a la tribu mientras avanzan hacia la batalla. Más de 30 wapiganaji (aprendices de guerreros) entrenan, preparándose para ser los mejores en la conquista. Un grupo de mujeres realizaba una ofrenda a la deidad tribal para garantizar la protección divina durante la batalla.

 

El boato siguió con el desfile de guerreros que se preparan para la conquista. Las mujeres sabias de la tribu  ofrecen su sabiduría a las nuevas generaciones y el consejo de sabios ancianos se reúnen para deliberar las mejores estrategias y formas guerreras para la conquista. El emisario y su comitiva van seguidos de jóvenes guerreros que simbolizan el compromiso de la tribu para resolver el conflicto con respeto y honor.

 

Caballos de doma introdujeron al público en el ambiente de palacio.  Dos escuadras reales capitaneadas por el hijo del rey, Eugenio Gómez Barber, eran la guardia de palacio, preparadas para defender al monarca de la compañía Negres de todo aquel que intento importunarlo o frenar sus conquistas. El ambiente se volvió solemne y majestuoso para recibir al Rey Moro, Eugenio Gómez Aperador, y su mujer sobre una espectacular carroza.

 

El Desfile Moro arrancó a las 21 horas con todo el esplendor de las compañías del bando sarracena empezando por Artillería del Islam, para seguir con Moros de Capeta, Moros Mercaderes, Artillería Mora, Moros Pak-kos, Guardia Negra, Beduinos, Piratas Berberiscos, Tuaregs y Moros del Riff.

 

Este domingo, 27 de julio, los actos festeros se trasladan a la playa Centro con el Alijo de Contrabandistas y Pirates Corsaris, seguido de la Embajada Contrabandista. A continuación, se celebrará un segundo desfile moro que representa la presentación de las tropas al Rey Moro y la Embajada Beduina.

 

Este acto actuará como preámbulo de la gran noche del Desembarc. Con los primeros rayos de sol, llegarán las barcas sarracenas a la playa y tendrá lugar el acto central de las fiestas que recrea el ataque sufrido el 29 de julio de 1538 y que fundamenta las Fiestas de Moros y Cristianos, declaradas de Interés Turístico Internacional. Además, el Ayuntamiento ha iniciado ya los trámites para solicitar que el Desembarc sea declarado Bien de Interés Cultural (BIC) Inmaterial.