FINESTRAT CELEBRA ESTE FIN DE SEMANA SANT ANTONI DEL PORQUET
Es una de la fiesta más arraigades en la localidad. Pasadas las navidades la tradición manda marcar en el calendario el día de Sant Antoni, patrón de los animales.
La Concejalía de Fiestas de Finestrat, en colaboración con la Comissió de Festes “El Balconet” de Finestrat, han preparado un día de celebración el próximo domingo 19 de enero. Una fiesta que tiene como principal atractivo la tradicional subasta de lotes que los días anteriores se han recogido por las partidas rurales y el centre histórico de Finestrat. De hecho, se ha organizado para el viernes 17 por la tarde y el sábado 18 la recogida de donativos en Partidas Rurales. El domingo 19, y acompañados por el Centre Musical Puig Campana, la Comissió de Festes 2025 hará la recogida por el centro histórico.
“Un año más llega una de las más tradicionales fiestas de Finestrat. Después de Reyes toca celebrar Sant Antoni, y lo haremos este domingo en la Plaça de la Torreta desde las 12:30 horas del mediodía, con la esperada Bendición de los animales. Recordemos que Sant Antoni es su patrón. Tendremos después la subasta a benefició de la Comissió de Festes “El Balconet”. Para los más pequeños, tendremos pintacaras y talleres infantiles. Y todos podremos disfrutar de la barra, con productos de la tierra, a precios populares. Así que os invito a todos a que participéis de esta jornada festiva y religiosa que marca la tradición en Finestrat que seguro” indicó la Concejala de Fiestas, Sara Llorca.
Sant Antoni es una de las fiestas más celebradas en la Comunidad Valenciana. Santo del siglo III, conocido por su vida ascética, su devoción comenzó en Oriente, pero se trasladó hasta Occidente, siendo invocado como protector de las tareas agrícolas y de los animales. Cuentan que Sant Antoni era un gran amante de los animales a los que cuidaba y le obedecían ciegamente. Se le representa con báculo, vestimenta típica de asceta y la cruz de la Tau, con un cerdito o jabalí a sus pies. A Sant Antoni se le conoció también por su poder sanador contra enfermedades como la erisipela, enfermedad infecciosa bacteriana que afecta a la piel. A lo largo de la Edad Media se construyeron numerosos hospitales bajo su advocación en toda Europa.