El Real Madrid sobrevive con garra y polémica a la batalla de Eibar | 1-3

Abordó el Real Madrid en la noche de este domingo uno de esos enfrentamientos que definen la dimensión de una candidatura al título. Visitaba Ipurúa para medirse al Eibar, con el objetivo de asentar el renacer experimentado en lo estadístico. Con la incógnita relativa al fuelle de sus piezas fundamentales, los capitalinos habrían de remangarse para domar el característico ardor de un club vasco que viajaba a dos puntos del descenso y con cero victorias en su feudo.

José Luis Mendilíbar necesitó del fondo de armario para sortear su plaga de bajas -José Ángel Valdés 'Cote', Esteban Burgos, Quique González, Paulo Oliveira, Rober Correa, Sergi Enrich y José Antonio Martínez-. Asentó una retaguardia conformada por Alejandro Pozo, Arbilla, Bigas y Kevin Rodrigues, con Dmitrovic bajo palos. Diop y Expósito figuraban en el doble pivote e Inui y Bryan Gil, en los extremos. La jurisdicción del gol correspondería a Kike García y a Yoshinori Muto. Los revulsivos serían Soares, Pedro León, Sergio Álvarez y Recio.

Zinedine Zidane, en su caso, dejó en tierra a Hazard, Isco y Vinicius, y recuperó a Martin Odegaard, Luka Jovic y Mariano Díaz. Casemiro volvía de sanción y fue insertado en el eje, acompañando a Kroos, Modric y Lucas Vázquez. Repetiría la zaga compuesta por Carvajal, Ramos, Varane, Mendy y Courtois, mientras que Rodrygo ejercería de pareja de ataque con Karim Benzema. En la banca empezarían Asensio, Marcelo, Odriozola, Fede Valverde y los atacantes disponibles mencionados con anterioridad.

El duelo alzó su telón en coherencia con lo esperado: los dos escuadrones presionarían con valentía, a cancha completa. Exigiendo una precisión, concentración y derroche físico absolutos. Se estableció el familiar desafío de espacios reducidos en el estadio 'armero', multiplicando las pérdidas resbaladizas en el tanteo inicial. Avisaría Inui con un chut a las manos del meta belga, a las primeras de cambio, y Bryan Gil amenazó a la espalda de Carvajal. Pero en ese cuerpeo, al borde del abismo, golpearían los visitantes. Rodrygo dibujó un pase en profundidad quirúrgico que Benzema controló -con seda- y usó para instalar el 0-1 -minuto 6-.

No torció el gesto ni modificó su planteamiento el sistema guipuzcoano, con la línea defensiva en el ecuador. Eso sí, poco a poco irían respetando a un Modric iluminado. El croata salió sintonizado y de su visión brotarían circulaciones rápidas y armoniosas, que desactivaron la agresividad posicional contrincante. Y, más allá, desembocaron en el segundo tanto, obra del balcánico -antes del cuarto de hora-. Lucas Vázquez peleó y robó en el área ajena, cedió para que Benzema esbozara un regate distinguido sobre la línea de fondo y el galo asistió para el remate a la red de Modric. Dmitrovic marraría y el favorito recogía el fruto del trabajo con una celeridad pasmosa.

Se mantuvieron las revoluciones, con el Madrid gustándose y presionando. Su rigor táctico coral le proporcionó margen para que la calidad definiera y en esa escena Modric subrayó su talento. Asistiendo para que Benzema sentenciara, si bien el delantero no dirigió bien el testarazo -sin marca-. Sólo un lanzamiento de falta desviado de Arbilla y un centro muy bombeado de Pozo habían inquietado a Courtois en este intervalo, mas los locales elevaron su ritmo y atrincheraron al gigante. Y de un error de Vázquez germinaría el golazo de Kike García -minuto 27-. Recibió de espaldas, se giró y descerrajó un derechazo maravilloso, con rosca y que se coló por la escuadra.

Al galope, el Eibar continuaría el órdago, negando la pelota a los visitantes. Pasaron los merengues a replegar, achicar centros -con Pozo y Gil hiperactivos- y a jugar en largo. Alternaban los subordinados de Mendilíbar el estilo asociativo y el directo, provocando la guerra aérea entre Kike García y Varane. Peleando la segunda jugada e incomodando al defensor del título. Con todo, a la contra dañaría la delegación de Chamartín y Vázquez no conectó a puerta vacía -por poco- un centro de Mendy. Y en el ida y vuelta Muto cazó un envío tenso de Gil que rozó el travesaño; Sergio Ramos lanzó arriba una falta arriba desde la frontal; y Bigas despejó un remate de Lucas Vázquez que se colaba, sin portero. Redondeando un primer acto sobresaliente de fútbol ofensivo. Jugado con electricidad hasta la asfixia.

A esas alturas Zidane quizá se preguntaba si hubiera sido mejor rotar y competir con piernas frescas. El listón anatómico había desbordado a sus peones en el tramo precedente al intermedio y los vascos ampliaron el pelaje de la trama en la reanudación. Incidiendo en el balón largo hacia García, al tiempo que los capitalinos evidenciaron su querencia por anestesiar el compás por medio de la posesión. Kroos reclamó la batuta y sus colegas le siguieron, logrando aminorar la eficacia de las emboscadas locales. Y Rodrygo inauguró, en el 51, la relación de llegadas con un remate desviado por la defensa -a pase de Mendy-. Aparentaban los madridistas haber localizado la doma ansiada. Pero Diop encañonó desde media distancia, al centro, para recordar la obligación de no dormitar. Y Ramos cometió un error grosero, regalando al cuero a Inui, en lugar de a Varane. El japonés chutaría demasiado cruzado -minuto 57-.

El choque de voluntades estaba servido. Muto chutaría a las nubes, tras haber provocado una imprecisión de Varane que corroboraba los problemas visitantes para hilvanar combinaciones fluidas. Y Mendy salvaría a los suyos, neutralizando, con agonía, el mano a mano de Bryan Gil con Courtois. A falta de 25 minutos se jugaba más según el libreto guipuzcoano, aunque el cansancio saludaría y sobrevendría su erosión, victimizando a Modric y a la ambiciosa cohesión local. Las ayudas comenzaron a no cortocircuitaban con la asiduidad previa la concatenación de pases merengue y Kroos puso en vuelo a Rodrygo para que este marrara en tú a tú con Dmitrovic. El desenlace abrazaría espacios y el respiro desconocidos hasta entonces. Y Muto cabeceó al larguero un centro de Kike García -minuto 72-.

Comparecerían Pedro León, Fede Valverde y Asensio -por Inui, Modric y Rodrygo-, estiletes para agujerear los desajustes que amanecían. Y el balear puso una falta en la frontal lamiendo el poste -minuto 75-, haciendo caja de la mayor soltura combinativa de su esquema. El bajón de las fuerzas afectaría más al menos dotado técnicamente y el mediocampo de Concha Espina arribó a congelar los vatios. Mas, Ramos golpeó el esférico con el codo, al remate de Muto. El VAR negó la pena máxima en el 83 y los 'armeros' estirarían su épica hasta la conclusión. Apilando parábolas laterales, ya con Unai y Sergio Álvarez en cancha. Y escapó el Madrid con los tres puntos, con salvada providencial de Ramos y gol de Vázquez en el descuento, para solidificar su confianza colectiva en un tremendo ejercicio de compromiso.

- Ficha técnica:

1.- Eibar: Dmitrovic; Pozo, Bigas, Arbilla, Kevin; Inui (Pedro León, m. 72), Edu Expósito, Diop (Sergio Álvarez, m. 82), Bryan Gil; Kike García (Miota, m. 83) y Muto.

3.- Real Madrid: Courtois; Carvajal, Varane, Ramos, Mendy; Casemiro, Modric (Valverde, 72), Kroos; Lucas, Benzema y Rodrygo (Asensio, m. 72).

Goles: 0-1, m. 6: Benzema; 0-2, m. 13: Modric; 1-2, m. 28: Kike García; 1-3, m. 93: Lucas Vázquez.

Árbitro: Munuera Montero (Comité Andalucía). Mostreó cartulina amarilla a Arbilla (m.43),del Eibar.

Incidencias: partido correspondiente a la decimocuarta jornada de LaLiga Santander disputado sin espectadores en el estadio Ipurúa de Eibar.