“Unidad Editorial quiere liquidar las delegaciones regionales de El Mundo”. Es el mensaje con el que los trabajadores del periódico de Jorge Bustos y Lucía Méndez, denuncian los planes que maneja el periódico para echar a la calle a 24 periodistas. Así puede leerse en la bio del perfil que han creado en twitter para alzar la voz contra un medio que “solo quiere periodistas en Madrid”, lamentan en uno de sus tuits.
El ataque al periodismo local y regional forma parte de un ERE que mandaría al paro a casi todos los trabajadores y trabajadoras de las delegaciones territoriales que El Mundo tiene por el país. Las redacciones de Cataluña, País Vasco o Baleares se ven especialmente afectadas. Se trata de regiones con las que El Mundo mantiene una dura ofensiva por sus políticas, aunque en esta ocasión serán los periodistas de esos territorios los que paguen los platos rotos de un medio que parece querer silenciar el periodismo que escapa de las directrices que se marcan desde Madrid, dirigidas a ensalzar la figura de Isabel Díaz Ayuso, cuya imagen y gestión aparecen habitualmente blanqueada en portada a modo de publirreportaje. Carmen Morales, periodista de El Mundo en Baleares, está siendo una de las voces más críticas con este desmantelamiento. Morales se reunió el pasado 3 de diciembre con el conseller de Trebal del Gobierno Balear, Iago Negueruela, para exponerle la crítica situación en la que se encuentran.
Concretamente, en Baleares serían despedidos 11 de los 13 trabajadores que conforman la plantilla. La Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), entre las que se encuentra la Asociación de la Prensa de Madrid (APM), muy sensible con los ataques al periodismo según de donde vengan, se ha limitado a difundir un comunicado y retuitear algunos mensajes de apoyo a los trabajadores. La Federación de Sindicatos de Periodistas ha ido más allá con el objetivo de defender a la profesión del ataque de El Mundo. La FeSP, que forma parte de la Federación Internacional de Periodistas y de la Federación Europea, se refiere a este ERE como “brutal y desproporcionado”, y es que no solo contempla despidos, sino pagar la indemnización mínima: 20 días por cada año trabajado, con un máximo de 12 mensualidades.
Los dueños de El Mundo, Marca y Expansión intentan justificar el proceso de despido colectivo. Argumentan el descalabro económico por la caída de ingresos en publicidad, cifrada en 68 millones de euros. El grupo sufre una crítica situación económica, que se une a la crisis de credibilidad ante su obsesión por derribar al Gobierno en plena pandemia. Un objetivo reconocido públicamente por el responsable de Opinión de El Mundo, Jorge Bustos, que incluso ha llegado a pedir el voto para Ciudadanos.
También ha sido foco de polémica por descargar su homofobia contra la orientación sexual del ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, y por ser humillado por el ex director de este diario, David Jiménez, en su libro El Director.
Los despidos masivos llegan en un momento en el que periódico funciona como correa de transmisión de las interesadas filtraciones de las llamadas “cloacas de Interior”, que habitualmente difunden en las tertulias de televisión, incluida la pública, en las voces del propio Bustos, Juanma Lamet, Lucía Méndez, Marisol Hernández, Esteban Urreiztieta o Joaquín Manso.