El aceite virgen extra se viste de Prada

Antonio Alcaraz, además de su bodega de La Rioja, pone trabajo y pasión en sus olivos milenarios subarrendados en el municipio jienense de Canena. Allí ha conseguido extraer la esencia y guardar, en unos preciados frascos de oro líquido, la aceituna Picual, recogida cuando aún está muy verde porque su sabor es aún más intenso. La idea es obtener un aceite de aroma intenso, pero con sabor frutado y equilibrado.

Con una acidez de 0,15 grados, aromas herbáceos, a hoja de oliva, higuera o tomatera, típicos del aceite Picual. En boca, además de su potente cuerpo, se aprecia el característico amargor de la variedad, pero equilibrado con la fruta. El aceite Picual aporta cuerpo y un intenso sabor ideal para aliñar y realzar ensaladas y platos de verduras y hortalizas que por sí solos resultarían insípidos. También es perfecto para guisos largos, frituras, empanados, rebozados y cualquier uso de aceite de oliva a alta temperatura. Por su elevada estabilidad, es muy apreciado como conservante de embutidos, carnes, quesos y conservas en general.

El pasado 4 de junio Prada y Ñ, los dos aceites que elabora Alcaraz, han sido Medalla de Oro en Olive Japan, una de las principales competiciones de aceite de oliva del mundo. Destacaron sobre casi 1.000 muestras llegadas de 23 países. Un galardón que refrenda el trabajo por la calidad de Antonio Alcaraz.

La aceituna Picual es la variedad con la que tradicionalmente se ha elaborado el aceite en la provincia de Jaén. También está muy extendida en Córdoba y Granada. Actualmente se cultivan en España unas 700.000 hectáreas. Es una oliva noble, que hace estable y sabroso al aceite y se diferencia de otras variedades por su amargor y en ocasiones picor.

Antonio Alcaraz, mientras posicionaba en 1998 productos tecnológicos por diversos países, se enamoró del vino y fundó Bodegas Antonio Alcaraz. En 2010 dio otro paso, esta vez con olivos milenarios de Canena. Y surgieron los primeros AOVE. Fue un revolucionario, pues recogía la oliva en fases, en algunas parcelas muy verde, para lograr en posteriores “coupages” el equilibrio soñado, buscando pureza y esencia. Un año después, y para cerrar el círculo, comienzó a elaborar, también, vinagres en la DO Jerez.